Vicente Zambada Niebla, “El Vicentillo”, aseguró que Joaquín “El Chapo” Guzmán e Ismael “Mayo” Zambada, su padre, utilizaron a la policía federal y el Ejército contra los cárteles de los hermanos Beltrán Leyva, los Carrillo Fuentes, y los Zetas. En su segunda jornada de comparecencia ante la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York, en Brooklyn, Zambada, uno de los principales testigos en el juicio contra el Chapo, explicó que su padre y el principal acusado tenían influencia sobre las autoridades policiales, y que las utilizaban a su antojo. “El Vicentillo” detalló cómo él y “Juancho”, sobrino de El Chapo, coordinaban las actividades de espionaje y así se enteraron que ese grupo rival comenzó a rentar casas y contratar sicarios en “su plaza”. “Para no desatar más balaceras entre nosotros, esa información se la dábamos a miembros del Ejército y de la Policía Federal Preventiva (PFP) que teníamos bajo nuestro control para que ellos hicieran las detenciones”, dijo Zambada Niebla durante su segundo día de interrogatorio de la Fiscalía en el juicio contra el exlíder del Cártel de Sinaloa. El objetivo era encontrar las oficinas de sus contrincantes y “mandar a la gente a pelear”, detalló Zambada, que enumeró a alguno de los pistoleros fieles al Chapo como “El Negro”, “Fantasma”, “Chino Antrax” o “M1". “El Vicentillo” también narró las diferentes armas que importaban de Estados Unidos y que posteriormente modificaban en México para convertirlas en “ráfagas": armas automáticas que permitían 15 disparos por segundo. Entre dichas ráfagas, Zambada reconoció la pistola del “38 súper” que utilizaba Guzmán Loera, reconocible por su culata con forma de jaguar y engarzada con diamantes. Asimismo, el testigo implicó al Chapo en diversos asesinatos en los que el narcotraficante dio la orden, convenida junto a El Mayo, de matar. La fiscal Amanda Liskamm terminó un interrogatorio más tenso con el juez y la defensa que con el propio testigo, ya que levantó numerosas quejas del juez sobre el excesivo nivel de detalle al que quería llegar la letrada, que cedió el testigo a Eduardo Balarezo, abogado de la defensa. (Con información de El Universal, Milenio, EFE) RB