No hay nadie que tenga más acceso al presidente Enrique Peña Nieto que el senador Emilio Gamboa, quien coordina a la bancada tricolor. Dicen los que saben que cuando acude a una reunión con el presidente Peña Nieto, instruye para que le limpien la agenda porque no quiere que nadie los interrumpa. ¿Qué hablan en su mayoría?, se desconoce, pero lo que acuerdan en materia de acciones de trabajo regularmente sale como lo desea don Emilio. La última relevante fue la designación de Raúl Cervantes como procurador general, consecuencia de un encuentro en la víspera en Los Pinos, de cuatro horas. Otra de esas pláticas fue también precursora de la declaración de Peña Nieto de que la relación con Donald Trump se haría una vez que fuera gobierno, en enero próximo, y no antes, con lo que echó agua a las calenturas mediáticas sobre Luis Videgaray, que lo colocaban como el eventual jefe del equipo negociador del TLC. La calentura sigue en torno a Videgaray, provocando crisis nerviosa en varias dependencias, pero antes de cualquier cosa, tendrá que pasar la aduana de Gamboa, quien dicen los que saben, como que no le cae muy bien.