Por cierto, muy oportunos se enviaron casi una decena de citatorios a exfuncionarios que, de forma directa o indirecta, tuvieron conocimiento de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, lo extraño es que a varios de ellos los llamen justo ahora, cuando pudieron hacerlo hace dos años o de menos a principios de 2021, pero exactamente coincide con la visita del Comité contra la Desaparición Forzada de la ONU, organismo que conoce el caso desde 2019, cuando la Comisión Nacional de los Derechos Humanos les presentó su informe y entre otros elementos les dio a conocer que había 114 restos óseos que podrían ser analizados para determinar si eran de los estudiantes o de algunas otras personas desaparecidas, por las estructuras podría tratarse de entre 20 y 40 personas; pero recordemos que según la Fiscalía de Omar Gómez Trejo ahora no sirven para ser analizados, aunque todos los peritos, hasta los argentinos, dijeron antes que sí podrían ser enviados a Innsbruck. ¿Será que los de la ONU le pregunten si ya saben de quién son esos restos?