El compromiso 68 del presidente Andrés Manuel López Obrador, ese que tantas veces ha palomeado como cumplido, podría no hacerse realidad, o al menos no en el recorrido y forma que él lo ideó.
El Tren Maya ha sido una de las obras emblemáticas de la llamada Cuarta Transformación, que aunque en su inicio se vislumbraba una inversión de 120 mil millones de pesos para su construcción, el costo se ha elevado y se prevé alcance los casi 300 mil millones de pesos.
Apenas dos semanas después de tomar el cargo de Presidente de la República, López Obrador colocó la primera piedra de la obra insignia en materia turística, en Palenque, Chiapas, pero a poco más de un año de que cumpla el plazo para su inauguración, la idea original podría cambiar.
Durante varios meses, los amparos contra la obra, denuncias por la destrucción de la selva, y de la falta de cuidado en el patrimonio histórico así como cultural, por parte de organizaciones civiles; además de la negativa de pobladores de la zona a su construcción, frenaron el Tramo 5 del proyecto, que abarca de Cancún a Tulum, Quintana Roo.
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“Ya tenemos liberado Palenque, Escárcega, Campeche, Mérida, Cancún, Tulum, ya resolvimos el tramo más difícil donde nos querían ponchar, que era el tramo Cancún-Tulum, porque ahí hay muchos intereses, muchos billullos de por medio, pero no pudieron”, celebró el Presidente este lunes.
Sin embargo, en los tramos 6 y 7, el Gobierno Federal se enfrenta a una batalla. El mandatario reveló que en esos casi 500 kilómetros que recorre la obra hay al menos cinco ejidos que reclaman una indemnización por la construcción de la carretera de Escárcega a Chetumal, hace más de 50 años.
“Con todo respeto, ya les mandé a decir a algunos de por allá de qué quieren su nieve. Pero aquí es querer hacer su agosto. Independientemente si se pagó o no se pagó, pues hay que ver si tienen ellos la razón”, resaltó el Presidente.
Aunque señaló que los ha convocado a asamblea para que conozcan la obra, el asunto es de dirigentes “charros” que quieren sacar provecho, pero que de no llegar a un acuerdo recurrirán al derecho de vía, aunque sólo de 40 metros, sólo es una vía y se podría acomodar el tren y la carretera.
Pero por primera vez, Andrés Manuel López Obrador admitió que, de no aceptarse, el tren llegaría hasta Xpujil y no hasta Chetumal, como indica el proyecto original. Al respecto lanzó una advertencia a quienes se oponen, pues dijo revelará quiénes fueron los responsables de detener esta obra.
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