jcrodriguez@ejecentral.com.mx
Desde que el Congreso aprobó las candidaturas independientes, en 2012, México sólo cuenta con un gobernador, un diputado federal, 18 presidentes municipales, dos diputados locales, cinco regidores, dos presidentes de comunidad y un síndico que no fueron postulados por un partido político. Y en esta fiebre por los independientes este año, por primera vez, habrá aspirantes sin partido a la Presidencia de la República.
En seis años de existencia, las candidaturas independientes han despertado un interés creciente entre ciudadanos que buscan competir por un cargo de elección popular y acotar el monopolio de los partidos políticos. Sin embargo, el respaldo de los votantes no ha aumentado a la misma velocidad o, incluso ha descendido.
Las mujeres han sufrido más para conquistar el sufragio y los centros urbanos han resultado ser los lugares más escépticos para apoyar a aspirantes sin siglas.
40 registros para diputado federal por la vía independiente fueron otorgados por el INE el pasado 13 de febrero.
En 2013, primer año en que fue posible postular candidaturas independientes (en ese caso para elecciones locales), el porcentaje de votos obtenido por los aspirantes fue de 6.9 por ciento. Al año siguiente, también en elecciones locales, la cosecha fue más del doble: 15.2%, revela un estudio de Integralia, empresa especializada en inteligencia legislativa y política.
Sin embargo, para 2015, año en que por primera vez se postulaban candidatos independientes para elecciones federales, el porcentaje cayó a 7.8 y desde entonces no se ha podido recuperar, refiere el documento denominado Fortalezas y debilidades del sistema electoral mexicano.
“Las candidaturas independientes son una alternativa a los partidos, pero todavía están lejos de ser competitivos”, sentencia Said Hernández Quintana, experto en elecciones y autor del capítulo dedicado a candidaturas sin colores. “Y para muestra, dos botones: desde que se formalizó esta figura en 2012, los institutos electorales sólo han aprobado 757 registros, una fracción mínima en comparación con miles de candidaturas que registran los partidos en todo el país; segundo, de los independientes que lograron ganar la elección (30 en total), 56.7% no son ‘químicamente puros’, pues cuentan con antecedentes partidistas o gremiales (17 casos)”.
Tal es el caso de Jaime Rodríguez Calderón El Bronco, Margarita Zavala y Armando Ríos Piter, las tres figuras que se perfilan para aparecer en la boleta en los comicios presidenciales y quienes durante décadas militaron en el PRI, el PAN y el PRD, respectivamente. Para los tres, este 19 de febrero se vence el plazo para que reúnan 866 mil 593 firmas que les exige el Instituto Nacional Electoral (INE) para el registro de su candidatura.
Las postulaciones ciudadanas sin aval de partidos no se han constituido en ofertas atractivas para el electorado, ni han logrado marcar la diferencia frente a los candidatos de partidos. La distribución del financiamiento público y los mecanismos de promoción electoral inequitativos son las principales razones; pero también es necesario considerar el perfil de los independientes y la escasa imaginación en sus campañas, como explicaciones plausibles de este bajo rendimiento electoral”, refiere el politólogo Said Hernández.
Para que las candidaturas independientes sean una opción competitiva frente a los partidos políticos, el analista considera indispensable que la ley exija para cualquier cargo de elección las firmas equivalentes a 1% del electorado de la circunscripción que corresponde, pues hay entidades de la República donde se solicita hasta 3% y en algunos casos sólo tienen 30 días para recabar miles de firmas.
Otra condición para darle viabilidad a las postulaciones sin partido es la equidad en el acceso a recursos públicos, ya que, en la práctica, “el modelo de financiamiento dispuesto para los independientes hace nugatoria la competencia electoral en igualdad de circunstancias”, opina Hernández. Es necesario revisar las fórmulas para el financiamiento público de campañas de independientes; casi todas tienen efectos regresivos, ya que donde hay más participación de independientes, éstos reciben menos dinero para sus campañas.
El analista recordó que hay entidades donde sólo obtiene su registro el aspirante independiente que haya obtenido el mayor número de firmas para un determinado cargo de elección popular, lo que limita los derechos ciudadanos; también hay entidades cuya legislación da entrada a todo aquel que reúna los requisitos, lo que abre la puerta a postulaciones indiscriminadas. De acuerdo con Hernández, un modelo digno de analizar es el “intermedio”, practicado por Chiapas, donde sólo los tres independientes con mayor número de apoyos obtiene su registro.
Mujeres, cuesta arriba
Desde la perspectiva de género, el camino hacia una candidatura independiente se complica cuando se trata de mujeres. De acuerdo con el estudio, entre 2013 y 2017, sólo 17% de las postulaciones sin partido fueron de mujeres y el restante 83% de hombres. De igual forma, de 30 candidatos independientes que han logrado ganar en los últimos cinco años, tres son mujeres y 27 hombres.
Al dividir los votos que han obtenido las candidatas independientes en las elecciones locales y federales de 2013 a la fecha (471 mil 663), entre las 132 mujeres que se han postulado, se obtiene un promedio de tres mil 573 votos cada una. En contraste, los 3.6 millones de votos que han obtenido 625 candidatos hombres postulados da un promedio de cinco mil 884 sufragios por cada uno de los abanderados sin partido.
Al analizar el apoyo que tienen los candidatos independientes en las diversas entidades federativas, el estudio de Integralia señala que Guanajuato y Jalisco tuvieron la votación promedio más alta, con 17.99 y 13.19%, respectivamente. En contraste, Campeche, San Luis Potosí y Ciudad de México presentaron las votaciones más bajas. En estas entidades, los independientes lograron votaciones que, en promedio, no superaron 2% de los sufragios.
“En algunas entidades la votación independiente resultó tan baja que incluso fue superada por el voto nulo. Cinco estados mostraron este fenómeno: en la Ciudad de México el voto nulo fue mayor que el voto a favor de ciudadanos sin aval de partidos por 5.62 puntos de diferencia; Campeche guardó una distancia de 2.05 puntos; Quintana Roo, 1.23; San Luis Potosí, 0.89; y Tabasco, 0.54”, puntualiza la investigación.
Said Hernández apunta que el corporativismo electoral que persiste en la Ciudad de México por parte del PRD y Morena es un factor que desincentiva a las canidaturas independientes. “La estructura corporativa de los partidos, el manejo electoral de los programas sociales y la politización de los electores capitalinos genera desconfianza hacia los aspirantes independientes”, considera el analista.