Si bien la ocurrencia del terremoto de 7.8 grados que ocurrió este lunes en el sudeste de Turquía no podía saberse, la devastación que ocasionó en la ciudad de Gaziantep fue anticipada en marzo de 2022 en la revista Soil Dynamics and Earthquake Engineering, incluso con sismos de menor magnitud.
La investigación, realizada por especialistas de varias universidades turcas y una de Portugal, señalaba un alto riesgo, debido, por un lado, a la proximidad que tiene el centro urbano a las fallas tectónicas así como a la fragilidad y mala construcción de los edificios.
Si bien la zona no ha tenido grandes eventos, se encuentra en la placa de Anatolia, entre dos fallas activas: una al norte, donde se une con la placa de Eurasia y otra al este, donde se une con la placa Arábiga. El temblor fue resultado de la presión de ambas placas.
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La investigación hizo simulaciones para temblores de 6.5 y 6.6 grados en las fallas, una evaluación y clasificación de las construcciones y se calcularon las proporciones medias de daños en 198 vecindarios en el centro de la ciudad. “Los resultados indican no sólo un alto peligro (posibilidad de que ocurra un evento catastrófico) sino también un alto riesgo (la extensión de los daños que ocasionará el evento) en el área de Gaziantep”, señalan los autores.
Después de que en 1999 un terremoto de magnitud 7.4 ocasionara más de 17 mil muertes, el gobierno turco introdujo nuevos códigos de construcción y un sistema obligatorio de seguro contra terremotos, explicó a Nature Mustafa Erdik, ingeniero civil de la Universidad de Bogazici; sin embargo, muchos de los edificios afectados por el terremoto del lunes se construyeron antes del año 2000.
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