En Scream (1996), el director Wes Anderson nos enseñó que una de las reglas del cine de horror es que si uno de los personajes tiene sexo, enfrentará una muerte segura. Lo que Wes nunca aclaró es qué pasaba si los personajes en tu película de terror son un grupo de pornógrafos. ¿Cambiarán las reglas en este escenario?
X (2022), la más reciente cinta del director, productor y guionista, Ti West, mezcla dos géneros: el porno y el slasher. Con gran pericia técnica, la cinta genera atmósferas que son propias del cine porno para luego mutar, con gracia, hacia el cine de horror.
El año es 1979, justo cuando el home video inicia su apogeo y el cine, X poseía cierto glamour (Garganta Profunda, Debbie Does Dallas). Con eso en mente, el productor Wayne (Martin Henderson), lleva a su reparto rumbo a una cabaña en un pueblito mocho de Texas para filmar su propia porno. Le acompaña su ambicioso director RJ (Owen Campbell), un convencido de que puede hacer arte incluso en una película para adultos.
El grupo se completa con la sexy Bobby-Lynne (Britanny Snow), Jakson como el siempre necesario semental (Kid Cudi), Lorraine (Jenna Ortega) la tímida y puritana novia de RJ, y por último Maxine (Mia Goth) una adolescente que no está dispuesta a vivir “una vida que no merezco”.
Todos saben que la vida es corta y hay que vivirla. “Nos haremos viejos y no podremos tener sexo, hay que disfrutar ahora”.
Todos buscan su sueño americano: Maxine quiere ser famosa, RJ quiere hacer arte, el resto quiere hacer dinero y divertirse. Cine independiente.
Al filmar las escenas de sexo, Lorraine queda impactada, pero no es la única: afuera, una temible anciana —Pearl, esposa del viejo que les rentó la granja— espía desde la ventana a estos jóvenes de cuerpos perfectos teniendo sexo desenfrenado.
El director no sabe de sutilezas. La viejita voyeurista (interpretada por la propia Mia Goth) es la encarnación de los miedos de todo el grupo: una mujer frustrada sexualmente, aún con deseo, pero ya sin el cuerpo que alguna vez la hizo hermosa. Empero, su lascivia será el motor para que inicie el baño de sangre.
Aunque al final la película pareciera no tener más objetivo que ser una buena pieza de horror (y vaya que lo es), también conecta varios comentarios sobre la juventud, el puritanismo, el sexo, el deseo, la represión sexual, el machismo y la hipocresía.
En algún momento de la cinta, la tímida Lorraine decide que quiere tener un papel en la película. Su novio, RJ, quien antes defendía el valor de las películas porno, se niega sin poder hilar un argumento plausible. Esos hipócritas y puritanos serán los primeros en morir en esta divertida cinta llena de sudor, sexo y sangre.
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