Lo que inició como un experimento novedoso —la famosa saga de cortos de terror V/H/S, que vio luz en Sundance, 2012— hoy día carece de la efectividad de antaño, al menos a juzgar por su más reciente entrega V/H/S 85 (Estados Unidos-México, 2023).
Las reglas del juego son simples: cada cinta (van seis en total) se arma con una serie de cortometrajes, todos en el género de terror, cuyas acciones se presentan en formato de video amateur encontrado por alguna persona anónima, emulando (o haciendo homenaje) a la madre de todas las películas de este subgénero: The Blair Witch Project (Myrick & Sanchez, 1999).
Como el nombre lo indica, los cortos de esta entrega suceden en los años 80, y probablemente esta es la característica más divertida (y nostálgica) de esta nueva colección. A continuación revisamos (por falta de espacio) únicamente los más relevantes de esta entrega.
Lo bueno empieza con No Wake (Dir. Mike P. Nelson), donde un grupo de amigos va a un lago a pasar un fin de semana de cervezas y sexo, pero cuando están practicando esquí acuático, un francotirador comienza a disparar. El formato de found footage eleva la tensión que se sublima gracias a las tremendas escenas gore. Este corto viene con su secuela, Ambrosia, donde conocemos a los asesinos del corto anterior así como sus motivos. Ambos son los episodios más sólidos de esta entrega.
TKNGD (Dir. Natasha Kermani) es un corto interesante pero engañoso. Lo que vemos es la última actuación de una actriz performancera que entra a una realidad virtual para invocar al dios de la tecnología. Digo que es engañoso porque evidentemente la VR o los eye phones no existían en el 85, pero el corto resulta efectivo en su sangrienta paranoia antitech.
Pero el que más polémica creará en México es God of Dead, escrito y dirigido por la cineasta Gigi Saul Guerrero (mexicana avecindada en Canadá y Los Ángeles). El corto inicia con una recreación del famoso video en el que la periodista Lourdes Guerrero (¿alguna relación con la cineasta?), anunciaba por televisión, aquel fatídico 19 de septiembre del 85, que estaba temblando “un poquitito”.
Así pues, Saul Guerreo no se aguantó la oportunidad y aprovechó que esta antología sucede en 1985 para hablar del año de todos nuestros miedos, el año del terrible terremoto en la Ciudad de México. El corto sigue las acciones de unos rescatistas internacionales que llegan a la televisora para ayudar a los periodistas y equipo técnico atrapados entre los escombros, donde se encontrarán con un dios prehispánico que se alimenta de la muerte.
La idea no me parece mala, ni tampoco me ofende la referencia a la tragedia del 85, el problema es que no hay más allá de la anécdota: son casi 10 minutos de gritos, a veces en plena oscuridad, y no mucho más. Y peor aún, de todos los cortos este es en el que menos justificación tiene el formato de found footage, y es que ¿quién en su sano juicio, atrapado en un terremoto, seguiría grabando con su camarita?
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