Con el tiempo he aprendido a no pedirle mucho a Marvel: si hay buen humor, escenas de acción memorables y un buen soundtrack, quedo satisfecho. Así de permisivo puedo ser. Pero The Marvels (Estados Unidos, 2023), la cinta número nosecuantos del MCU, y tercer largometraje de la directora emergente Nia DaCosta, no cumple ni con esas peticiones tan básicas: no hay mucho humor, las escenas de acción no son precisamente logradas, y el soundtrack… ni me acuerdo del soundtrack.
The Marvels es —sin duda— uno de los productos más mediocres de Marvel, y miren que ahí están Ant-Man 3, Thor 2 y Black Widow, por mencionar unas cuantas.
Estamos frente al peor escenario posible: tres personajes de los cuales el espectador promedio no sabe ni quiere saber nada. Tal vez por eso la película inicia con un resumen: la Capitana Marvel (Brie Larson) es una de las superheroínas más poderosas del MCU, Kamala Khan (Iman Vellani) es una adolescente fanboy de Marvel, cuyo principal atractivo es el entusiasmo que le provoca ser superhéroe. Y al final está Monica Rambeau (Teyonah Parris), sobrina de la Capitana, cuyos poderes los adquirió en la serie Wandavision (2021) y que francamente no entiendo qué hace aquí o por qué es relevante.
El inicio no podía ser más caótico: las tres heroínas se conocen porque de buenas a primeras cuando una usa sus poderes intercambian lugar con otra: la Capitana de repente aparece en la recámara de Kamala y la Ms. Marvel aparece en el espacio, así por un buen rato. Luego nos enteramos que una villana espacial está detrás de todo esto: Dar-Bern (Zawe Ashton), a la que nuestras heroínas tendrán que combatir.
Es notable el esfuerzo que hace el elenco (particularmente Iman Vellani y Samuel L. Jackson) por salvar este desastre, pero simplemente no tienen con qué trabajar. Desesperado, el guión (¡escrito a seis manos!) recurre a un arma infalible: una escena con gatitos, que aunque seguramente son de CGI, será lo único que quedará en nuestra memoria sobre esta película.
The Marvels es la cinta más intrascendente del MCU, una que te exige mucho (leer no sé cuantos cómics, ver no sé cuantas series) y que a cambio no ofrece nada. La única valía está en las escenas extras. Es el epítome de la fórmula Marvel pero sin emoción, sin dedicación, sin nada que vuelva de esto algo digno de verse.
La película demuestra que el género de superhéroes está en severa crisis. Según una polémica nota de la revista Variety, la cosa va tan mal que Marvel está pensando en revivir a los Avengers originales, a ver si así levantan a este muerto que cada vez emociona menos y aburre más.
Quien sí merece reconocimiento es la directora, Nia Dacosta, quien no habiendo terminado la postproducción de esta cinta se fue para iniciar la preproducción de su siguiente proyecto. Es decir: tomó el dinero y huyó. Nadie se había atrevido a tanto. Aplausos de pie.