Adaptar al cine una obra de teatro siempre es un ejercicio truculento, puede salir tan mal que no solo terminas odiando la película, sino también la obra (¿se acuerdan de Cats?).
Afortunadamente con The Humans (Estados Unidos, 2021) sucede lo contrario, la película sabe trasladar el lenguaje del teatro al cine. Lo hace sin complicarse demasiado: tomas largas, planos fijos, y cuando la cámara decide moverse, lo hace muy despacio, elevando la tensión en una audiencia que espera lo peor.
El director y guionista de esta cinta es Stephen Karam, ganador de un premio Tony por su obra de teatro homónima sobre una familia de clase media que está por celebrar el Día de Acción de Gracias en un Manhattan post-9/11.
Este escenario resulta típico en la narrativa norteamericana, innumerable resulta la cantidad de series y películas que recrean este ritual tan arraigado en la cultura gringa, mismo que usualmente se retrata como un día que siempre sale mal.
The Humans no es la excepción, pero lo que hace visible esta cinta (que debería vivirse en salas de cine, qué remedio) es la atmósfera ominosa en la que se presenta la acción y su grupo de actores de primer nivel.
Brigid (Beanie Feldstein) y su novio Richard (Steven Yeun) reciben a la familia de ella para festejar el Día de Acción de Gracias: su mamá Deirdre (Jayne Houdyshell), su padre Erik (Richard Jenkins), su hermana Aimee (Amy Schumer), y su abuela Momo (June Squibb) quien ya sufre de demencia.
Las hostilidades comienzan con los reproches del padre a Brigid por mudarse a un lugar tan peligroso como Nueva York, “ayer tiraron dos edificios”. Nada como vivir en Scranton (si, el lugar donde sucedía la serie The Office), el aburrido pueblo rascuache donde viven sus papás.
Así, poco a poco los cuchillos serán desenvainados, los secretos saldrán a flote, y por supuesto, todos tienen algo que ocultar.
La fotografía de movimientos minimalistas a cargo de Lol Crawley (Vox Lux, Black Mirror) sabe crear atmósferas perturbadoras a partir del laberíntico, oscuro, y rechinante departamento que parece ir atrapando a los personajes en sus pasillos estrechos, mal iluminados y con una instalación eléctrica que poco a poco los deja sin luz.
El director hace del departamento un personaje más, un monstruo que entre tantas imperfecciones (en sus paredes, en las tuberías, en los pisos que crujen) parece tener vida propia, cual película de Cronenberg.
The Humans es una poderosa mezcla de géneros que va del terror al drama. Es una película que nos hace agradecer que de este lado del Río Bravo no festejemos el thanksgiving, ya tenemos suficiente con la típica pelea en la cena de Navidad. The Humans se puede ver exclusivamente en MUBI.