Rocketman: biopic honesto

19 de Diciembre de 2024

Alejandro Alemán
Alejandro Alemán

Rocketman: biopic honesto

@elsalonrojo

Esta historia la hemos visto muchas veces: la infancia difícil, el prodigio musical, la adolescencia complicada, la gran oportunidad, el primer gran éxito, el pantano de la fama y las drogas, para luego tocar fondo y renacer.

Prácticamente todas las biografías sobre rockeros tienen el mismo guion, pero si acaso lo que hace diferente a Rocketman (2019), el cuarto largometraje del británico Dexter Fletcher (quinto si tomamos en cuenta que fungió como director emergente de, ni más ni menos, Bohemian Rhapsody, 2018), es que aquí los clichés, la música, el drama y la poderosa y por momentos desbocada —pero sin duda convincente— actuación de Taron Egerton interpretando a Elton John, hacen no sólo que el filme funcione, sino que nosotros, el público, nos enganchemos, ya sea por las canciones, por los muy bien armados montajes o por el buen ritmo de la historia.

A diferencia del lavado de cara que fue Bohemian Rhapsody para la reputación atascada de Freddie Mercury, Elton John no tiene nada que esconder, al contrario, pareciera estar orgulloso de su pasado de coca, sexo, matrimonios enclosetados y más. El guion a cargo de Lee Hall (el escritor de Billy Elliot) no busca ocultar, en todo caso cubre de brillantina la vida del cantante, lo cual, tratándose de Elton John, hace mucho sentido.

La cinta abraza varios clichés, pero algunos inteligentemente los elude. No veremos, por ejemplo, la clásica representación de “lo gay” ni tampoco el momento de vida que inspire una canción, al contrario, sin ceremonias, un Elton en calzones empieza a ponerle música a una canción de su compositor de cabecera y mejor amigo, Bernie Taupin (Billy Elliot himself: Jamie Bell): así surge ese himno llamado Your Song.

Con un toque de cine musical que recuerda a Across The Universe (Taymor, 2007), la película pronto deja claro que no está anclada a la realidad, lo cual le da inusitada libertad para ir de lo musical al melodrama, a ciertos momentos de comedia y de regreso a las canciones.

Rocketman nunca puede resolver su contradicción básica: ser una película convencional sobre alguien que fue todo, menos convencional; pero al menos es un filme honesto, que no niega su estatus de feel good movie, ni su gusto por la sacarina. Una cinta que dentro de sus propias ataduras al menos se preocupa por entregar buenos momentos musicales que definitivamente nos harán seguir cantando, de camino a casa, las canciones de Elton John.