Raya y el Último Dragón: menos príncipes, más acción

4 de Diciembre de 2024

Alejandro Alemán
Alejandro Alemán

Raya y el Último Dragón: menos príncipes, más acción

alejandro aleman

Más cercana a personajes como Indiana Jones o Lara Croft y menos afín a las muchas princesas que le preceden, Raya (con la voz de Kelly Marie Tran) -la protagonista de Raya y el Último Dragón- es hija de un rey, pero a diferencia de sus pares dentro del universo Disney, sus problemas están lejos de ser amorosos, más bien son geopolíticos.

Raya es hija de Benja (Daniel Dae Kim), líder de Heart, lugar que alguna vez fue centro de una gran nación conocida como Kumandra, tierra utópica unida a pesar de sus diferencias culturales y que era protegida por dragones.

Todo iba de maravilla hasta que la plaga de los Druun los invadió: una especie de monstruos que convierte a la gente en piedra. Los dragones ahuyentaron a los Druun mediante una piedra mágica, pero el virus de la división contagió a los pobladores de la antes próspera Kumandra, separándose así en diversos pueblos.

Benja aún cree en la bondad de las personas y en la capacidad de generar acuerdos, pero su optimismo no alcanza: las diferencias entre las distintas regiones se hacen más intensas y en una batalla rompen la piedra mágica de los dragones.

Seis años después Raya es ahora una adolescente que encuentra al último dragón de aquellas leyendas, Sisu (voz original de Awkwafina), quien no sólo sirve como pausa cómica de la trama sino que también ayudará a Raya en su intento por recuperar las piedras que robaron los otros pueblos y así regresar a su padre a la vida, ya que quedó convertido en piedra en el último ataque Druun.

Cuando en una película la silla de director está sobrepoblada, usualmente el caos se apodera de todo. Sorpresivamente, este filme dirigido a 8 manos (el mexicano Carlos Estrada y el norteamericano Dan Hall, junto con Paul Briggs y John Ripa como co-directores) resulta en una simpática y efectiva cinta de aventuras donde los clásicos tropos del cine de princesas Disney no están del todo presentes.

Además de la carga política en la trama (cosa poco usual en este tipo de cintas), es notorio un constante homenaje al cine de Spielberg, al western y las cintas de robo o heist movies.

La animación es notable y junto con un gran trabajo de voces, crean personajes que transmiten mucha química (la bebé ladrona y sus compañeros changuitos, ¿a quién se le ocurrió eso?) en escenas de acción filmadas con precisión mediante una cámara que aprovecha su virtualidad al máximo.

Raya y el Último Dragón es una de las cintas damnificadas por la pandemia, y aunque su destino debió ser la pantalla grande, su buena manufactura no demerita a pesar de llegar directo al televisor.

Raya y el Último Dragón se puede ver en Disney +