Pieces of a Woman: elegancia y dolor

27 de Noviembre de 2024

Alejandro Alemán
Alejandro Alemán

Pieces of a Woman: elegancia y dolor

alejandro aleman

El inicio de Pieces of a Woman (octavo largometraje del cineasta húngaro Kornél Mundruczó, primero filmado en Estados Unidos) es un plano secuencia de más de 20 minutos donde vemos a una madre dando a luz en su apacible departamento de Massachusetts. No obstante, la escena es de una brutalidad agotadora. La feroz cámara de Benjamin Loeb nos sitúa frente un alumbramiento extenuante, doloroso, con una Vanessa Kirby entregada por completo al papel.

No será el único momento en que cineasta y fotógrafo recurren al plano secuencia, pero mientras otros directores utilizan esa técnica como mero recurso para sorprender con vacuidad al espectador, Mundruczó y Loeb la usan como una elegante, pero punzante navaja a la yugular. Así que prepárese, porque la ausencia de cortes en esta cinta es señal inequívoca de que algo intenso está por pasar. A continuación un inevitable spoiler: aquel parto de los primeros minutos sale terriblemente mal.

Lo que veremos después es la crónica
—narrada a saltos temporales— sobre cómo la relación de Martha (Kirby) y Sean (atinadamente intenso Shia LaBeouf) se derrumba a partir de estos hechos, entregándose ambos a un inevitable proceso de luto. Mientras que él pareciera tratar de retomar la vida (sexual y cotidiana), ella no tiene la misma idea: algo profundo se ha quebrado dentro de sí y no parece haber remedio. El drama se complica aún más con la presencia de la dominante madre de Martha, Elizabeth (Ellen Burstyn completando el cuadro de excelentes actuaciones) y sus hermanos, quienes insisten en llevar a juicio a la partera que la auxilió en el proceso, haciéndola responsable de la tragedia.

Pero a Martha no pareciera importarle. Su frialdad se vuelve impenetrable no sólo para su familia, sino, incluso para nosotros como público. Los lugares comunes “necesitas terapia”, “el tiempo lo cura todo”, no hacen sino exacerbar sus ánimos, mientras que el siempre pedestre Sean no sabe qué hacer ni a dónde ir.

En otras manos, esta historia caería por el barranco del melodrama más azotado, pero la elegancia en la puesta en imágenes, la soberbia dirección de actores y el tono claramente personal del guion (escrito por Kata Wéber, basado en experiencias de vida con su pareja, el propio Mundruczó) hacen que en su transición al cine hollywoodense, el oriundo de Hungría no haya perdido pulso, intensidad o fuerza.

Pieces of a Woman se puede ver en la plataforma de Netflix.