Heroico (México, Suecia, 2023), el nuevo filme del realizador mexicano David Zonana (cinta previa la notable Mano de obra, 2019), no podría estrenarse en un momento más adverso: el México hipermilitarizado de la llamada Cuarta Transformación.
Premiada en la más reciente edición del Festival de Cine de Guadalajara, y con nominaciones en Berlín y Sundance, Heroico es una cinta hecha para perturbar e incomodar. Ambas cosas las consigue, sin duda alguna.
Filmada con una elegante puesta en imágenes a cargo de Carolina Costa, un rígido montaje a cuenta de Oscar Figueroa, y el diseño de producción apabullante de Ivonne Fuentes (esas imponentes locaciones), crean en conjunto atmósferas asfixiantes que oprimen no solo a los personajes sino principalmente al público, que estará por presenciar el impecable sistema de abuso, violencia y hasta tortura por el que pasan los cadetes del Heroico Colegio Militar.
Luis (Santiago Sandoval) es un joven de 18 años que se enlista en el Colegio Militar no porque quiera salvar a la patria, sino porque quiere salvar a su mamá enferma y cuyo tratamiento es muy caro. El cadete entra el grupo de los “potros”, comandados por el sádico sargento Sierra (Fernando Cuautle), quien desde el primer encuentro deja en claro la brutalidad con la que opera.
Lo que sigue es una secuencia interminable de novatadas, insultos, golpes y juegos psicológicos. Luis trata de sobrellevar el castigo, pero la situación se vuelve aún más tensa cuando el sargento Sierra lo requiere para cierto “trabajito” fuera del colegio, sin uniforme y armado (Luis tiene gran puntería). Es aquí donde el círculo de violencia se completa con el único ingrediente faltante: la corrupción.
El gran problema con Heroico es que no muestra nada que no hayamos visto antes: en no pocos momentos Zonana (también guionista) no puede (o no quiere) evitar las similitudes con Full Metal Jacket (1987): esos encuadres simétricos, ese sargento gritón y violento, esa locura a la cual el sistema te arrastra con cada humillación diaria. Hay mucho Kubrick en esta cinta, demasiado para su propio bien.
En todo caso, el mérito está en el contexto, lo cual tampoco es menor: Zonana estrena esta cinta en un momento sumamente delicado en el país, con un ejército que en menos de cinco años ha adquirido más poder que nunca en el México contemporáneo (control de aeropuertos, aduanas, obras públicas, salud, y lo que se acumule en la semana). Y para no dejar, el director (y su distribuidora) estrenan en septiembre, mes de la patria.
La valentía inherente en todo esto no es desdeñable, Heroico sitúa en el contexto mexicano cosas que el cine ya había dicho antes.
Lo hace, eso sí, con un ánimo de perturbar fuertemente al público. Tal vez así quede más claro lo peligroso que resulta que un gobierno entregue tan impunemente más y más control a los hombres verde olivo.
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