Guardians of The Galaxy Vol 3: conmovedor adiós.

20 de Diciembre de 2024

Alejandro Alemán
Alejandro Alemán

Guardians of The Galaxy Vol 3: conmovedor adiós.

alejandro aleman

Para Harry:
siempre te extrañaré.

Guardians of the Galaxy Vol 3 (2023) comprueba una regla no escrita del Universo Cinematográfico de Marvel (MCU): sus mejores películas son aquellas donde los contratos están a punto de vencer. Y es que, al no haber compromiso para la permanencia de tal o cual personaje esas cintas se pueden dar un lujo que escasea en el cine de Marvel: aportar sensación de peligro.

James Gunn aprovecha a cabalidad lo anterior para la tercera entrega de su saga y el resultado salta a la vista. La vara está muy baja, pero sin duda este volumen de Guardians of The Galaxy es lo más divertido e interesante que ha pasado con Marvel desde End Game (Russo’s, 2019).

Gunn no se complica con la trama: un ser dorado —que sale de la nada— llamado Adam Warlock (Will Poulter), ataca sin razón aparente a Rocket (voz de Bradley Cooper) y lo deja moribundo. Al tratar de curarlo, sus amigos se dan cuenta que, dado que el mapachito es en realidad un experimento científico (como bien se estableció en la primera cinta) resulta que necesitan una clave para “desbloquear” su cuerpo y así poder salvarlo de la muerte.

Guardianes 3 es dos películas intercaladas. La primera es una divertida cinta de aventuras con mucho humor, diálogos ingeniosos, buenas actuaciones y un diseño de producción que sin pudor usa y abusa (ese plano secuencia, ese soundtrack) de su abultado presupuesto. La segunda cinta es la que sucede en la mente del moribundo Rocket, donde —mediante un extendido flashback— se muestra su cruel transformación de tierno mapachito a un ente de inteligencia superior, luego de crueles experimentos en su cuerpo. Estas escenas contrastan el tono de la película: son los momentos más oscuros que hayamos visto nunca antes en una cinta de Marvel, principalmente por la presencia de un grupo de animalitos víctimas del villano en turno, el maniático Alto Evolucionador (admirable, Chukwudi Iwuji).

En pleno uso de facultades, Gunn se torna en efectivo manipulador: sabe qué botón apretar, qué chiste hacer, qué rola poner para generar emoción, risas, angustia o incluso lágrimas. Esta debe ser la primera vez que una película de Marvel me hace llorar, lo cual no deja de ser un hito: al fin una de estas cintas me hace sentir algo más allá de la risa o el aburrimiento.

James Gunn se despide de Marvel con el orgullo de ser el único director que pudo cruzar ese pantano sin comprometer su visión. ¿Cuántos realizadores pueden presumir algo similar?

Pero eso sí, esta cinta debería venir con una advertencia: si ustedes tienen alguna mascota enferma, o simplemente aman mucho a los animales, probablemente sea mala idea ver esta película.

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