Si el MCU es un parque de atracciones (Scorsese dixit), entonces Eternals (USA, 2021) es el estacionamiento.
Los Eternals están al fondo del costal de superhéroes, es la merma, y con esos ingredientes pretenden generar emoción e interés. Difícil situación.
Los Eternos son una especie de semidioses con superpoderes (¿alguien dijo Liga de la Justicia?) enviados a la tierra para proteger a la humanidad de unos monstruos llamados Deviantes. Desde el origen del planeta hasta nuestros días, Los Eternos han cumplido su tarea pero sin entrometerse en los asuntos humanos, lo cual explica que hechos como la bomba de Hiroshima, o la llegada de Thanos, sucedieran sin que estos dijeran ni pío.
Pero tras miles de años de cuidar al planeta, la jefa del grupo, Salma Hayek, le permite al resto de Los Eternos ir a “vivir sus vidas”. Algunos se vuelven académicos, otros actores y algunos incluso hacen familia. Pero, como es de esperarse, un nuevo ataque de Deviantes amenaza a la tierra, por lo que el grupo se reúne para proteger una vez más a la humanidad.
Esta debe ser una de las películas más aburridas y parsimoniosas de Marvel (y junto con Dune, de las más soporíferas de 2021). El humor está prácticamente ausente excepto por los esfuerzos de Kumail Nianjani, a quien le toca ser el gracioso en la película más solemne del MCU.
Eternals es también el PowerPoint más caro de la historia. Desde el primer minuto la película explica cosas, los diálogos de exposición no cesan, al contrario, se multiplican conforme aparecen nuevos personajes. El imaginario visual parece sacado de la portada de algún álbum de rock progresivo (la cinta inicia, por cierto, con Pink Floyd) y el tan presumido uso de locaciones naturales se cancela rumbo al final donde, cumpliendo la tradición del género, todo se reduce a un festín de CGI en una batalla final.
Más allá de sus premios Oscar y la “innovadora” idea de filmar en exteriores, la directora Chloé Zhao no trae nada interesante a la mesa. Son tan pocas las ideas y tanta la solemnidad que si no fuera por los colores y la ausencia de ralentí, esto podría ser una película de Zack Snider.
Existe, eso sí, una marcada tendencia por la diversidad y la inclusión. Los Eternos parecen panel de la ONU, con representantes de todas las latitudes y una heroína sorda que usa lenguaje de señas.
Pero lo realmente innovador es que por primera vez en la historia del MCU los héroes usan esos cuerpos perfectos para algo más que golpear villanos. Finalmente vemos sexo entre dos personajes. Es tan candente como ver dos velas derretirse, pero vaya, sexo al fin.
Ya solo falta algo de buen cine y estamos hechos.
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