CODA: preocupados por complacer

1 de Diciembre de 2024

Alejandro Alemán
Alejandro Alemán

CODA: preocupados por complacer

alejandro aleman

CODA es el acrónimo de Child of Deaf Adults (Hijo de Padres Sordos). Las estadísticas indican que el 90% de los padres sordos tienen hijos oyentes. Estas personas viven en dos mundos: son el puente bicultural y bilingüe entre aquellos que no escuchan y aquellos que no entienden su condición.

Ruby (Emilia Jones) es una CODA, es decir, todos en su familia (mamá, papá y su hermano mayor) excepto ella, son sordos. Viven en un pueblo costero de Massachusetts y se dedican a la pesca. Ruby es el puente de comunicación indispensable de esta familia: es ella quien habla con los compradores de pescado, hace de intérprete en las juntas de pescadores y hasta acompaña a sus padres en sus visitas al doctor.

Pero esta joven tiene otras inquietudes. Le gusta un chico de la escuela y para estar cerca se inscribe al mismo grupo de música que él. Ahí, su muy particular profesor (un Eugenio Derbez sobreactuado, as usual) descubrirá que Ruby tiene aptitudes para el canto, por lo que le propone luchar por una beca para estudiar en Boston.

¿Resultaría egoísta que Ruby abandone el pueblo para iniciar su carrera como cantante o acaso es su deber como hija quedarse con sus padres para seguir fungiendo como su bastón auditivo?

Escrita y dirigida por Sian Heder, CODA (Estados Unidos, 2021), es el remake de una exitosa cinta francesa, La famille Bélier (Lartigau, 2014). Estamos frente a una copia casi calcada de la original a la cual le pasan el rastrillo de la corrección política.

Y es que en la cinta francesa, el sexo es un elemento recurrente: no sólo en el despertar sexual de la adolescente, sino también en la entusiasta vida sexual de sus padres e incluso en las canciones que interpretan en el coro, que hablan sobre tórridos romances que dejarían atónito incluso al Marqués de Sade.

A pesar de su éxito comercial, La famille Bélier sufrió fuertes críticas por no contar en su elenco con actores sordos. Lartigau (el director) se preocupó más por asegurar una buena química entre los actores para que el humor (y no el drama) fueran la base con la que se sostenía esta historia.

Por su parte, CODA hizo lo contrario, minimizó las referencias sexuales, elevó el drama y los lugares comunes (como esas escenas en el lago) pero cumplió con la agenda inclusiva: todos los personajes sordos fueron interpretados por personas que realmente tienen esta condición.

Ello ayuda a la representación de la comunidad sorda y el lenguaje de señas en el cine, por supuesto, pero no garantiza que el resultado sea una buena película. CODA es una cinta más preocupada por complacer moralmente antes que complacer con buenas actuaciones, buenas secuencias, o incluso, con buenas canciones.

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