El próximo viernes asume la gubernatura del estado de México, Alfredo del Mazo. Pero lo que más intriga en los corrillos palaciegos es lo que hará el presidente Enrique Peña Nieto con quien lo sucedió y entregó el mando, el todavía gobernador Eruviel Ávila. El gobernador sacó la elección de Del Mazo, con lo cual, dicen los que saben, se ganó un empleo federal. ¿Cuál? Don Eruviel anda reuniéndose con sus correligionarios tricolores, pero discreto, y con periodistas cercanos a quienes les susurra a los oídos que su aspiración es llegar a dirigir el PRI, del cual tomaría las riendas para la campaña presidencial, pero que si el Presidente así lo deseara, pues no tendría empacho en ir a la Secretaría de Gobernación. Perfecto, pero dentro del encuadre, ¿a dónde iría Miguel Ángel Osorio Chong? Tendría de dos: a un puesto de segundo nivel en el gabinete –quizás mientras se va en busca de una senaduría– o candidato presidencial. No se asombre. Tampoco lo descarte hasta que el gran elector priista decida que así sea.