jcrodriguez@ejecentral.com Antes de medirse en las urnas con Andrés Manuel López Obrador, al partido del presidente Enrique Peña Nieto le salió un nuevo y más poderoso adversario: el propio PRI. Y antes siquiera de que se consolide el frente PAN-PRD, el tricolor ya tiene una alianza opositora que vencer: la formada por los exgobernadores Ulises Ruiz Ortiz e Ivonne Ortega.
El PRI está en la peor crisis de su historia”, sentencia exgobernador de Oaxaca.
Ortega y Ruiz Ortiz encabezan corrientes disidentes al interior del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que se oponen a que las candidaturas sigan siendo decisiones cupulares y proponen que las nominaciones sean a través de consulta a la militancia. El encontronazo será en agosto próximo, cuando se discutan los planteamientos emanados de los foros municipales y estatales. El escenario será la sede nacional del PRI, donde se votarán los resolutivos de la XXII Asamblea Nacional y se definirá si se quita el requisito de 10 años de militancia para quien aspire a ser candidato presidencial, si dicha nominación se decide por consulta o por “dedazo”, si se combate el fenómeno de los “chapulines” y si el partido da un golpe de timón en el modelo económico. Ruiz Ortiz dirige Democracia Interna, movimiento priista que ya solicitó la renuncia del presidente nacional del partido Enrique Ochoa Reza y de la secretaria general, Claudia Ruiz Massieu, por los descalabros electorales del pasado 4 de junio.
Si no cambiamos al interior, si no abren los procesos internos, si se decide otra vez que una cúpula o sólo el Presidente defina las candidaturas, si no hacemos una movilización enorme para que sea la militancia la que defina a quiénes quiere que sean candidatos, entonces vamos a reincidir en los fracasos electorales que el PRI ha tenido en los últimos años y quién sabe si volvamos a recuperar la Presidencia de la República”, advierte Ruiz en entrevista con ejecentral.
“En estos momentos ya terminaron las asambleas municipales, están iniciando las estatales, y de las asambleas estatales saldrán documentos que serán llevados a la mesa redactora, que espero no sea ‘mesa rasuradora’, sino que contemple realmente lo que siente la militancia para que se lleve a las mesas de discusión, que se realizarán el 4 y 5 de agosto”, expone Ivonne Ortega, exsecretaria general del partido (2012-2015) y actual diputada federal. ›En entrevista por separado, la también aspirante a la Presidencia de la República afirma que uno de los reclamos más sentido de la militancia irritada es participar en la designación de candidaturas para, de esa manera, acompañar a sus candidatos en las elecciones y al momento de gobernar. “Si no se abordaran de fondo los temas que está pidiendo la militancia, creo que yo y muchos valoraríamos qué hacer después de la asamblea, porque si tienes un partido que no te escucha, que no te representa, que no te da viabilidad política, pues sí tendrás que replantearte si permaneces en tu partido”, advierte la yucateca.
Trastocan el ADN priista
La corriente de Ulises Ruiz ha sido una piedra en el zapato para Enrique Ochoa desde que éste fue postulado para dirigir al Revolucionario Institucional. Desde julio del año pasado, cuando Ochoa asumió el timón del partido, Democracia Interna ha cuestionado su trayectoria partidista, sus habilidades para escuchar a la militancia, su independencia respecto del poder presidencial y su desempeño en las pasadas elecciones, donde el PRI como partido fue superado por Morena en el Estado de México, donde pasaron a ser tercera fuerza política en Veracruz y donde se perdió el Congreso y los principales ayuntamientos en Coahuila.
Si la instrucción de quien manda en el PRI, que no es Ochoa Reza, es quitar el requisito de los 10 años de militancia porque quieren proponer a una persona no priista para que encabece la campaña el próximo año, que nos lo digan y entonces lo discutimos en la asamblea”, reta Ruiz.
El oaxaqueño acusó al presidente y a la secretaria general del PRI de operar a escondidas y filtrar la eliminación de los candados para elegir al candidato presidencial, incluso haciendo a un lado a los delegados que no estén de acuerdo con sus propuestas para hacer una asamblea “a modo”.
Pero una asamblea así será una farsa y no le va a servir al partido”, expone. “A lo mejor la van a hacer, ellos tienen los instrumentos, ellos amenazan, ellos manejan sectores y organizaciones totalmente dóciles y sometidos a la dirigencia del partido y a quien los puso. Pero lo que va a pasar es que vamos directos a la derrota; y luego ellos van a salir y el partido va a quedar hecho pedazos”, augura Ruiz Ortiz.
Tanto Ulises Ruiz como Ivonne Ortega admiten que, si bien, no forman parte de la misma corriente, sí están en comunicación constante y reconocen muchos puntos de coincidencia en sus posturas para “rescatar” al PRI. También sostienen que están en contacto con otras voces críticas como las de Manlio Fabio Beltrones y César Augusto Santiago.
Cuatro millones menos
En el caso de Ivonne Ortega, que ya recorrió las 32 entidades del país para recoger las exigencias de la militancia rumbo a la Asamblea Nacional —lo que le ha servido también para promover su imagen como aspirante a la candidatura presidencial— comenta que su diagnóstico es el de una militancia enfurecida y al mismo tiempo frustrada por no ser tomada en cuenta en las decisiones del partido
¿Qué es lo más recurrente que me he encontrado? Los militantes dicen: ‘escúchenos, queremos ser parte de las decisiones en las candidaturas, en las dirigencias, para que podamos sentirnos representados y los acompañemos en las elecciones’”.
Entre 2012 y 2017 se han realizado 24 procesos para renovar gubernaturas. En ese lapso hemos perdido cuatro millones 700 mil electores. Algo estamos haciendo mal, y mira que de 2012 a 2015 yo fui secretaria general del partido. Lo que está mal es el procedimiento, pues la militancia te dice con claridad que ya no están dispuestos a acompañar una decisión cupular”.
“Si un ciudadano te acompaña a ganar la candidatura —en este caso estamos hablando de mil 548 ayuntamientos, 822 diputaciones locales, 500 diputados federales, 128 senadores, ocho gubernaturas, la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México y la Presidencia de la República— si un ciudadano te acompaña en la selección del candidato, te acompaña a ganar la elección y, lo más importante, te acompaña a gobernar. Hoy es lo que necesitamos para que se puedan tomar las decisiones difíciles para cambiar de fondo lo que no ha cambiado”. Durante este mes y el siguiente, Ivonne Ortega refiere que concentrará sus esfuerzos en que se escuche a la militancia, pues el 99.9% de los 5 millones de afiliados no tiene cargo público y, en consecuencia, no es escuchado. “La mayoría de los priistas no tiene un área de representación, y la idea de estar recorriendo el país es poderlos escuchar no sólo para traer lo que están sintiendo, sino defender en la Asamblea lo que están sintiendo”, comenta la yucateca. Ortega señala que durante una gira por San Luis Potosí se encontró a una ama de casa que resumió el momento por el que atraviesa el partido. “La señora me dijo: ‘no se equivoque, diputada, el PRI no pierde; al PRI le gana el PRI’. Si no entendemos ese mensaje será difícil llegar en condiciones de competencia a 2018”. ¿La clave está en la unidad? —Unidad, pero no unanimidad. El partido tiene diferentes corrientes, formas de pensar y maneras de ver las cosas. Los militantes dicen: ‘quiero hacer mi aportación para que el PRI sea rentable’, y si no encuentran eco, entonces habrá casos extremos como cambiarse de partido. El oaxaqueño acusó al presidente y a la secretaria general del PRI de operar a escondidas para eliminar los candados para elegir al candidato presidencial.