El potencial voto joven
Los números del padrón electoral nos muestran que la llamada generación Z puede ser capaz de influir en las elecciones locales, apoyados de los últimos millennials que apenas votaron por primera vez hace seis años y que juntos superan los 26 millones de votos en el país
En el mundo hay alrededor de mil 200 millones de jóvenes entre 18 y 24 años, y representan el 16% de la población del planeta, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En México, son un poco menos, el 11.9% de la población. A pesar de este gran universo, las cifras muestran cómo ellos mismos pareciera que subestiman su potencial para cambiar las cosas en el mundo, y están dejando en manos del resto de la población las decisiones políticas de sus países. En realidad, ellos podrían hacer la diferencia.
En México, más de 15 millones de ciudadanos entre 18 y 24 años, la que investigadores llaman generación Z, por primera vez podrán salir a votar en las elecciones de 2024, según cifras del padrón del Instituto Nacional Electoral (INE) y que se alinean a las del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Pero las mismas cifras muestran un dilema inquietante, históricamente en las votaciones sólo el 50.7% de este segmento de jóvenes decide hacer uso de esta herramienta vital de la democracia. Así, más allá de una simple elección, los jóvenes subestiman el impacto real de su voto.
Para las elecciones de 2024, tendrá gran peso el voto joven, aquellas personas que por primea vez votarán para elegir a quien ocupe la Presidencia de la República, y alguna de las nueve gubernaturas que estarán en disputa.
¿Por qué deberíamos prestar atención a esta generación emergente? Su capacidad para movilizarse a través de las redes sociales, su apertura a nuevas ideas y su deseo de cambio son catalizadores poderosos en las urnas. Son el reflejo de una sociedad en evolución, dispuesta a desafiar las narrativas establecidas y a exigir una representación que resuene con sus aspiraciones.
Aunque en la lista nominal, su presencia se registra tímidamente en un 15.8%, una cifra que, aunque menor que en la elección de 2018, no debería subestimarse. En aquella ocasión, 14.6 millones de jóvenes desafiaron las expectativas y dejaron su marca en la historia política del país.
Pero ahora, la influencia de estos nuevos votantes podría tener un impacto importante en las elecciones en Ciudad de México, Jalisco y Veracruz, porque albergan la mayor cantidad de votantes. Por ejemplo, en la capital del país, hay más de 1.8 millones de jóvenes entre 18 y 29 años. Jalisco y Veracruz registran 6.55 y 6.03 millones de inscritos en sus listas nominales, respectivamente.
Pero en los estados de Puebla, Guanajuato y Chiapas, sí podrían ser la clave para definir los resultados en las elecciones locales, pues prácticamente alcanza el 30% del padrón electoral. Y en Yucatán también, donde representan casi el 27%, o 468 mil votantes potenciales.
El voto como herramienta de cambio
Votar no es solo un derecho; es una herramienta poderosa de la democracia que puede cambiar el rumbo de un país. Ellos lo saben y una decena de ellos, entrevistados por ejecentral, coincide en que aún no sabe si votará o no, porque de una u otra forma será una postura frente a los políticos.
“No entusiasmado (por votar por primera vez), pero pues es parte de ejercer un papel como ciudadano”, comentó Sebastián estudiante de preparatoria con 17 años.
Y hay voces más disonantes, como la de Naila, de 21 años, que asegura que no comprende a los gobiernos que implementan políticas “que apoyan e incrementan la pobreza” y donde no es fácil tener “una calidad de vida buena, a menos de que hayas nacido rico y blanco”.
Es la voz individual que se suma y comparte la idea de que los políticos no cubren sus expectativas. Aunque no comparten los mismos intereses, tampoco sería exacto hablar que existe desinterés por la elección 2024.
En un sondeo que realizó ejecentral entre esta llamada Generación Z, y que votarán por primera vez, se pudo constatar que varios de ellos, a quienes se les consultó, refirieron que no confían en la forma de hacer política, en los actores y en los procesos.
En tiempos de elección hacen mucha publicidad y que van a hacer muchas cosas, pero pasan las elecciones y esas promesas tardan o no se cumplen❞, señala Diego, estudiante de la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería y Tecnologías Avanzadas. Y agrega: ❝los partidos y los candidatos son casi lo mismo, la diferencia es que el partido quiere el poder y el candidato desea el reconocimiento, pero al final no actúan, nos quedan a deber en la realidad, se olvidan de lo prometido y eso resta las intenciones de votar❞.
En una simulación que realizó este medio con las cifras del INE de 2018, revela que en el voto de los primo votantes se tiene un gran impacto de conocerse realmente su potencial. En el escenario en donde el actual Presidente Andrés Manuel López Obrador logró el triunfo en 2018, sí se considerará que todos los jóvenes que emitieron su voto lo hubieran elegido a él significa que de los poco más de 30 millones que lo hicieron, alrededor de 22.5 millones fueron adultos por arriba de los 24 años, por lo que si los casi 15 millones hubieran salido a las urnas ese día, y todos con voto a favor de Morena, se habría dado un triunfo histórico para la izquierda por más de 38 millones de sufragios, lo que no daría lugar a dudas a lo que la mayoría de la población desea.
Pero en otro escenario, si estos jóvenes, en ese entonces, sus preferencias hubieran estado en la centro-derecha, es decir, por el Partido de la Revolución Institucional o por Acción Nacional, el juego de los resultados podría reducir las brechas que existieron en la elección pasada. Otro de los escenarios, para ponderar el verdadero valor del voto juvenil, si su elección fuese Anaya, y todos ellos en conjunto, por alguna razón en la que ese candidato hubiera captado toda la atención de ellos, y que todos los jóvenes en la lista nominal hubieran salido a votar a su favor, entonces podríamos estar hablando de que el candidato del PAN habría superado a López Obrador en las urnas por más de cinco millones de sufragios de diferencia. Como se puede observar, los jóvenes tienen el poder, pero al parecer aún tienen desconfianza en el potencial que tienen y lo que pueden lograr.
No obstante, el desencanto y la poca conexión que sienten los jóvenes con los candidatos sobresale en este contexto, no han logrado seducirlos, sus intereses pueden parecer banales ante la política, e incluso los han llegado a llamar niños de cristal; sin embargo, su perspectiva debido a la gran información que reciben de los medios, redes sociales, internet y una extensa lista de fuentes, de las que carecieron en su época juvenil los que ahora son mayores, los vuelven más críticos y hasta más analíticos a la hora de decidir, por lo que se sienten subestimados y ellos mismos se autoetiquetan anticipadamente.
Los jóvenes también asumen que este 2024 es más que una elección; es una oportunidad para desafiar las percepciones limitantes.
Creo que para tener un mejor gobierno y mejores autoridades el voto sí sirve, y creo que es nuestra mejor herramienta como ciudadanos para poder elegir un futuro mejor para todos nosotros. Creo que como ciudadanos tenemos la obligación de informarnos acerca de quienes quieren nuestro voto y si creemos que ellos tienen las mejores capacidades para lograr el futuro que querramos para nuestro país. Entonces creo que el voto sí sirve, pero lo que sirve aún más que sólo el hecho de votar es votar correctamente de acuerdo a tus propios valores y creencias”, sostuvo Gerardo, estudiante de 21 años.
En esta primera parte, hablamos de los jóvenes de 18 a 24 años, pero sí a ellos sumamos a todos los que fueron primo votantes en 2018 que fueron parte de los llamados millennials, entonces tendríamos una fuerza retadora de casi 30 millones de votos, justos con los que se alzó con el triunfo el actual mandatario López Obrador. Este número, de considerar su potencial, tendrían en su mano el poder para inclinar la balanza a un lado u otro de forma contundente.
En 2024, no sólo se escogerá a un nuevo presidente o presidenta, sino el destino del Congreso federal y locales, y nueve gobiernos estatales. De acuerdo con las cifras del INE, en estos nueve estados (Chiapas, Ciudad de México, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán) se concentra el 40 % de los votantes, y el 15.6 % serán primo votantes, pero sí se suman los que tienen entre 25 y 29 años, es decir, los que votaron por primera vez en 2018, entonces se tiene al 26.9 % de toda la lista nominal, lo que a simple vista podrían cambiar toda la composición del Congreso en el país.
“No me entusiasma para nada votar por primera vez por una presidencia, considerando que ninguna de las elecciones posibles trae realmente resolutivas para las problemáticas actuales del país, lo único que queda es quizá es hacer un poco de contrapeso en los votos y seguirle exigiendo a las autoridades y a las nuevas autoridades que vengan que hagan su trabajo”, advierte Nuria, estudiante de psicología.
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