Si los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) son exactos, un promedio de 15 mil niños, niñas y adolescentes sufren algún tipo de violencia sexual todos los días en México. Sin embargo, esta es la “cifra oficial”, pero los expertos comentan que hay una “cifra negra” que podría ser mucho mayor, por aquellos casos que son ocultados por diversas razones.
La OCEDE e instituciones privadas y gubernamentales indican que
más de 5.4 millones de menores son víctimas de abuso sexual al año, lo que nos lleva a ocupar el primer lugar -a nivel mundial- en maltrato infantil. La Comisión para Prevenir y Erradicar la Violencia en contra de las Mujeres (CONAVIM) indica que 9 de cada 10 agresiones sexuales en contra de niñas se da en el entorno familiar (regularmente en casa), paradójicamente donde deberían estar más seguras, pero que sólo el 10% son denunciadas y el 1% han recibido una sentencia condenatoria. O sea, tenemos en territorio nacional varias epidemias: una de agresiones sexuales contra niños, otra de impunidad en contra de los acosadores porque no hay denuncias y una más de víctimas que quedan sin atención jurídica y psicológica después de un abuso.
Hay otros datos que contribuyen a la reflexión: Michoacán es la entidad con mayor número de feminicidios infantiles en el país; la Fiscalía de Justicia de la CDMX notificó en junio pasado a la Cámara de Senadores que de enero del 2018 y hasta abril del 2021 se iniciaron casi 25 mil carpetas de investigación, donde se encuentran como víctimas 28 mil 540 niñas y niños adolescentes por diversos delitos, entre ellos los sexuales; Tlaxcala es el estado con mayor incidencia a nivel nacional en delitos como pederastia y trata de menores, seguido por Querétaro y Chihuahua.
Y a pesar de los esfuerzos que llevan a cabo dependencias y organizaciones las estadísticas van al alza. A consecuencia de la pandemia hay 3 delitos que se incrementaron en el país: feminicidios, violación y violencia contra mujeres, niños y niñas. En este año se han abierto mil 277 carpetas de investigación por violación sexual, casi 30% más que el año anterior. En los 56 Centros de Justicia que existen en México habilitados por CONAVIM se atienden en promedio a 580 mujeres todos los días, lo que da una idea de la violencia que existe contra ellas en la sociedad.
Para el doctor Javier Enrique López Aguilar, del Hospital de Pediatría del Centro Médico Siglo XXI del IMSS, la educación sexual para prevenir los abusos es fundamental en el desarrollo de los menores, así como redes de comunicación seguras, donde los infantes puedan hacer denuncias sin sufrir represalias. En estas cadenas informativas los Ministros de Culto (de todas las Iglesias) son eslabones esenciales para canalizar a los niños y niñas hacia una atención especializada e integral. Sin embargo, la falta de preparación de pastores y sacerdotes en estos temas los limita a guardar secrecía -en ocasiones a petición de los mismos padres o tutores-, lo que fomenta la impunidad, de manera que los acosadores siguen operando sin recato y hasta con la protección de la familia, o de sus superiores jerárquicos.
Las redes sociales juegan un papel estratégico, ya que es a través de estas donde muchos niños son enganchados por pederastas, o por bandas delincuenciales para comercializar material sexual que con engaños obtienen de niños y niñas para ser exportado internacionalmente. Al respecto, la coordinadora del área de Seguridad y Bienestar de la red Facebook en América Latina, María Cristina Capelo, comenta que cuentan con tecnología de punta para detectar y remover contenidos sexuales donde se ven involucrados niños. Sin embargo, las bandas también se han actualizado y tienden sus propias redes con claves y material encubierto que comercializan en euros y dólares.
Los gobiernos federal y estatales no ha echado mano de las Asociaciones Religiosas ni de sus líderes para trabajar en contra del maltrato infantil o prevenir tanto a padres de familia como a sus hijos de un abuso sexual. Los Ministros de Culto se limitan -dentro de sus escasas posibilidades- a dar acompañamiento a quienes han sufrido acoso u otro delito similar, pero las dependencias -con tantos recursos materiales, humanos y financieros- han olvidado a estos actores sociales para que, después de una ineludible capacitación, atendieran o canalizaran a las víctimas. O al menos los concientizaran de hacer las denuncias correspondientes para truncar la cadena de abusos que los pederastas acostumbran imparablemente.
PALABRA DE HONOR: En diciembre del año pasado, la Secretaría de Seguridad Pública Federal dio a conocer que Puebla era la segunda entidad con mayor número de carpetas de investigación por robo de hidrocarburos. Pobladores afectados de San Pablo Xochimehuacán en esa entidad, donde ocurrió la explosión en una toma clandestina de gas el pasado domingo, comentan que han aportado datos específicos a todas las corporaciones policiacas y que el percance sólo se explica por la complicidad entre autoridades y huachicoleros. Los vecinos no temen a las represalias, pero sí a otras explosiones que pueden darse en las inmediaciones de Puebla capital con resultados más trágicos. No es sensato que organicen marchas para “proteger” sólo los derechos de los no nacidos… ¿y los que ya sufren quién los defiende?
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