El otro lado de la felicidad

27 de Noviembre de 2024

El otro lado de la felicidad

Promo_549_Los países más “felices” del mundo tienen un lado oscuro

Aunque los países más “felices” pueden tener una mejor calidad de vida, es precisamente esta percepción lo que puede desencadenar cuadros depresivos en sus habitantes

Desde que surgió en 2002, el Informe Mundial de la Felicidad ha puesto a países como Finlandia y Dinamarca entre los más felices, pero esta característica significa otro tipo de consecuencias entre los habitantes de estos lugares.

Una nueva investigación publicada en Nature mostró que la misma percepción de felicidad tanto dentro como fuera de los países con los mayores puntajes provoca que muchos de sus ciudadanos tengan más probabilidades de experimentar un bienestar deficiente. “Para algunos, presenta el efecto contrario”, explican en Science Alert.

La investigación, que comenzó en Australia y Estados Unidos antes de incluir a otros países, analizó la presión no sólo por sentir felicidad, sino por evitar la tristeza. Se trata de un mensaje presente en muchos canales; desde las redes sociales hasta los libros de ayuda, y la conclusión fue clara: entre más insistencia en “ser feliz” reciben las personas, más cuadros depresivos presentan.

Esto se debe, explican los autores, a que en muchas sociedades, la experiencia natural de la emoción negativa es estigmatizada, considerada como una mala adaptación para nuestro bienestar mental y como algo problemático que necesita una “cura” instantánea.

De este modo, naciones como Dinamarca o Suiza, adoptan como “normas esperadas” actitudes típicas de “felicidad” como un mayor contacto social o participar en actividades placenteras en compañía de otras personas, aunque lo cierto es que esto genera expectativas que no siempre se ajustan a la mente de cada individuo.

Así, además de depresión, los habitantes de estas naciones suelen sentir insatisfacción en otros aspectos de su vida, que pueden ir desde lo económico hasta lo personal.

El informe concluye que los sentimientos ocasionales de estrés, tristeza o ansiedad son una realidad inevitable, por lo que deben ser gestionados y tratados como cualquier otro, ya que su elusión únicamente provoca problemas a mediano y largo plazo en la conducta y calidad de vida de una persona.

También hace hincapié en lo importante que es evitar alinear a quienes no muestren felicidad, y abrir más las conversaciones sobre la importancia de mantener una buena salud mental, independientemente de las circunstancias.

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