En el informe de inteligencia, los militares marcaron en color rojo la palabra URGENTE, y lo era.
Los oficiales de inteligencia del Ejército, adscritos a la embajada de México en Colombia, advertían a la oficina del secretario de la Defensa y a la Sección Segunda lo que refirieron como un posible “complot”:
“Un grupo de empresarios de Barranquilla habían contactado a miembros de estructuras criminales en la ciudad de Riohacha, departamento de La Guajira, para iniciar una conspiración en contra del presidente electo de la República de Colombia, Gustavo Francisco Petro Urrego para evitar que ‘asuma el poder o derrocarlo de la presidencia’”.
Esos empresarios fueron identificados por los militares como integrantes de la familia Char.
›El documento que fue enviado por el Correo Electrónico de Imágenes (C.E.I) del Ejército, aparece fechado hace 16 meses, el 21 de junio de 2022, y solicita que en México sean investigados siete personajes considerados de interés porque podrían estar implicados “en acciones de desestabilización política en Colombia” y siguen bajo investigación y estarían vinculados con el Cártel de Sinaloa.
Este documento forma parte de las investigaciones que reveló ejecentral la semana pasada, bajo el título “Arman en Colombia poderosa estructura financiera”. Las indagatorias, todavía en curso, se encuentran bajo el mando del área de inteligencia del Ejército mexicano ante la presencia del Cártel de Sinaloa en Colombia y que había consolidado el control de tres de los principales puertos colombiano: Cartagena, Santa Marta y Barranquilla, y que adicionalmente, de acuerdo con el documento fechado el 22 de marzo de 2021, para “garantizar su capacidad operativa” construyeron “un aparato financiero” que les facilitara el movimiento de sus recursos y lo hicieron a través del Banco Serfinanza S.A., propiedad de la familia Char.
En este primer documento, revelado por este semanario el pasado 20 de octubre, se especifica que han viajado a Colombia representantes de la familia de Ismael Zambada García y por separado de los hijos de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, los llamados Chapitos. Y como personajes centrales los hermanos Arturo y Alex Char Chaljub, actual candidato a la alcaldía de Barranquilla.
En la columna “Estrictamente Personal” de Raymundo Riva Palacio, titulada El Oso Yogui del Cártel de Sinaloa, se dio cuenta de un segundo documento de esta investigación militar, en que sumó otra revelación, el que Héctor Enrique Amaris Rodríguez, al que identifican como El Oso Yogui y como “responsable de todas las operaciones provenientes del ‘Clan Char’, el “Banco Serfinanza” y diversas casas de cambio en instituciones financieras” sostiene que “será responsable de entregar el dinero en efectivo al C. Arturo Char y Alejandro Char Chaljub para la compra de votos en la próxima elección presidencial de Colombia (de 2022)”, que ganó el presidente Gustavo Petro.
El punto medular es que los militares mexicanos identifican a El Oso Yogui, cita la columna publicada el pasado 25 de octubre, “en diversos viajes que realiza a la Ciudad de Panamá, moviliza fuertes cantidades de dinero en efectivo en maletas y, al parecer, el dinero provendría de la facción del Cártel de Sinaloa (CDS), bajo el mando de alias El Mayo Zambada”.
El complot contra Petro
El nuevo documento al que tuvo acceso ejecentral, que fue verificado con fuentes del Ejército y agencias de Estados Unidos, está fechado el 21 de junio de 2022 y forma parte del paquete de correos hackeados por #GuacamayaLeaks, confirma el seguimiento que han mantenido los oficiales del inteligencia militar sobre la familia Char.
Advirtiendo desde el principio que se trata de información clasificada como “confidencial”, la agregaduría refiere que ese grupo de empresarios que contactaron a “estructuras criminales” en el departamento de La Guajira, se trata de “Fuad Ricardo Char Abdala y Alejandro Char Chaljub”.
El documento de dos cuartillas detalla el “complot” que dichos personajes, involucrados también en la política colombiana, preparaban contra el ahora presidente Gustavo Petro:
“Los empresarios manifestaron a la fuente ‘A-1’ que ellos ‘tenían infiltrada la campaña del candidato presidencial del -Pacto Histórico- al más alto nivel’”, y continúa: “Los empresarios dicen tener información comprometedora que les permitirá, en el futuro, derrocar al presidente electo de Colombia”.
Considerando el seguimiento que ha hecho la agregaduría militar mexicana, ante la expansión del Cártel de Sinaloa en Colombia, el informe solicita “a la superioridad se abra investigación en México de posibles actividades de organizaciones mexicanas de origen mexicano que pudieran estar implicadas en acciones de desestabilización política en Colombia”.
Y es que el documento oficial de inteligencia revela también que su fuente les aseguró que los empresarios Fuad Ricardo Char Abdala y Alejandro Char Chaljub, “han solicitado a la fuente ‘Mochis-6’ saber de posibles entregas de dinero de los cárteles mexicanos en la campaña del presidente electo de Colombia, para utilizarla en contra de él.
“La fuente ‘A-1’ manifiesta que el objetivo primero es ‘sembrar la desconfianza’ en el “primer círculo” del presidente electo de Colombia y causarle un ‘daño directo en su reputación y credibilidad’”, detalla en la página dos el informe enviado a México.
De acuerdo a los investigadores, el daño al presidente Petro incluiría a su círculo más cercano desde el familiar, colaboradores y congresistas:
“Los objetivos de los empresarios de la costa son: Nicolás Petro Burgos, Juan Fernando Petro Urrego, Laura Camila Sarabia Torres, Agmeth José Escaf Tijerino, Eduardo Noriega de la Hoz y Armando Alberto Benedetti Villaneda”.
Y ante la posibilidad de que grupos criminales mexicanos estén involucrados en esta operación planificada por dos miembros de la familia Char, solicitaron que fueran investigados siete personajes, que en el documento fueron testados porque las pesquisas siguen vigentes, de acuerdo a las fuentes de primer nivel consultadas por este semanario.
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Arman en Colombia poderosa estructura financiera
El Oso Yogui: vínculo entre políticos colombianos y el Cártel de Sinaloa