“Nearshorig” es una palabra que se ha puesto de moda en los últimos años en nuestro país, pero poco se habla de su significado, más allá de que es un anglicismo para hablar de la llegada de empresas extranjeras al país.
El término representa la práctica de trasladar parte de la producción de una industria a ubicaciones cercanas geográficamente y con zonas horarias similares a las que tenía en un principio. Una práctica que tiene su contraste con el “offshoring,” que busca proveedores en destinos más distantes, como Asia, para reducir costos.
En medio de una creciente tendencia de “nearshoring” en la industria manufacturera, más de 20 empresas japonesas están considerando invertir en México. La estrategia de relocalización de líneas de producción se ha convertido en un enfoque estratégico para muchas compañías en busca de una mayor eficiencia en la cadena de suministro y una mayor resiliencia organizacional.
Factores que abonan al traslado de las empresas
México es atractivo para el nearshoring por la cercanía con sus matrices estadounidenses, pero, sobre todo, porque reúne varios factores que la favorecen como las dificultades en las relaciones entre China y Estados Unidos.
Las tensiones comerciales entre estas dos superpotencias han llevado a muchas empresas a reconsiderar sus cadenas de suministro.
El T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá) es un elemento que lubrica las relaciones comerciales debido a que este acuerdo comercial facilita el intercambio basado en una infraestructura legal.
Sin duda alguna, la proximidad geográfica es un factor que permite una logística más eficiente y tiempos de entrega más rápidos; lo cual se suma a los bajos costos laborales, que en México ofrece costos competitivos en comparación con otras regiones.
La infraestructura logística de alta calidad y la estabilidad política contribuyen a una cadena de suministro confiable y el buen desempeño de la industria nacional, como en el sector automotriz que han experimentado un crecimiento sostenido.
El director de la Organización Japonesa de Comercio Exterior (Jetro) en México, Takao Nakahata, reveló que más de 20 empresas japonesas están evaluando la posibilidad de invertir en el país. Se trata de empresas que operan en diversos sectores, desde la fabricación de dispositivos médicos y baterías hasta la producción de papel sustentable para restaurantes en California, Estados Unidos.
Estas empresas, muchas ya establecidas en México, planean expandir sus operaciones para satisfacer la creciente demanda. Algunas de ellas incluso consideran la construcción de nuevas fábricas debido a la falta de capacidad en sus instalaciones actuales.
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