El moho en los alimentos ¿es inofensivo?

19 de Diciembre de 2024

El moho en los alimentos ¿es inofensivo?

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Foto: UNAM Global

Los mohos están presentes en todas partes: en superficies, aire, tierra y pueden prosperar en los entornos más adversos

La mayoría de los mohos encontrados en los alimentos son inofensivos; sin embargo, es imposible identificar aquellos que realmente podrían causar enfermedades. Los mohos dañinos pueden provocar desde indigestión hasta daños renales e incluso cáncer.

Los mohos están presentes en todas partes: en superficies, aire, tierra y pueden prosperar en los entornos más adversos. Además, pueden aparecer desde en la salmuera ácida del jugo de pepinillos hasta en la masilla de los azulejos del baño. Sin embargo, no todos los que se encuentran en los alimentos son visibles.

Hongos más comunes en el hogar

Existen varias especies de hongos, incluida una amplia variedad que puede introducirse en la despensa. De los posibles agresores, solo algunos producen toxinas.

Por ejemplo, el Penicillium que crece en las manzanas, el Aspergillus en uvas y café, producen micotoxinas que, en altas cantidades, pueden causar intoxicación o daños renales.

La aflatoxina y la micotoxina, presentes en cacahuetes, frutos secos, maíz, arroz, higos y otros alimentos secos, especias, aceites vegetales crudos, granos de cacao y cereales, pueden causar cáncer de hígado con exposición prolongada. No obstante, no son el tipo de hongos que crecen en el refrigerador.

De hecho, la mayoría de los mohos que crecen visiblemente en los alimentos son completamente inofensivos, pero es imposible distinguir los peligrosos. La identificación precisa requiere observación microscópica y otras técnicas de laboratorio.

Los hongos no siempre son visibles a simple vista y pueden crecer en el interior de un alimento antes de producir millones de esporas que forman la capa verdosa y la blanca difusa. Pero un sabor extraño es una buena señal de su presencia.

¿Qué hacer si encuentras moho en la comida?

Cuando se detecta moho en los alimentos, ¿cuáles se deben conservar y cuáles descartar?

Depende del tipo de alimento. En alimentos duros o densos, como el queso duro o las zanahorias, se puede cortar la parte afectada y un poco más.

En alimentos más húmedos, como queso blando, yogur, mermeladas, encurtidos y humus, la extensión del moho es menos evidente y difícil de eliminar completamente. Estos deben desecharse.

Lo mismo aplica para carnes y pescados. Una vez mohosos, congelarlos o cocinarlos solo mata el hongo, pero las toxinas producidas permanecen.

En cuanto al pan, también debe descartarse porque es imposible determinar hasta dónde ha crecido el moho internamente. Con las bayas, si solo son dos o tres con moho, se pueden eliminar esas y lavar las demás; pero si hay más, es riesgoso.

Donde hay moho, probablemente también haya bacterias y una fecha de caducidad próxima.

¿Cómo evitar el moho en casa?

El moho se reproduce al liberar nubes de esporas microscópicas, las cuales pueden viajar a cualquier lugar a través del viento o del agua. De hecho, una persona puede inhalar entre mil y diez mil millones de esporas al día.

Los hongos pueden sobrevivir en condiciones adversas, pero prefieren ambientes cálidos, húmedos y ricos en nutrientes. No sobreviven en alimentos contenidos en frascos, conservas sin abrir y envases herméticamente cerrados.

Para limitar su crecimiento se recomiendan algunas estrategias: limpiar, separar, cocinar y refrigerar. La temperatura es crucial y al disminuirla se ralentiza el proceso de crecimiento del moho.

Al refrigerar o congelar pan u otros productos horneados, se prolonga su vida útil. El refrigerador debe estar a una temperatura entre 1 y 3 grados Celsius. Además, no se debe sobrecargar para permitir la circulación del aire, reducir la humedad y evitar el moho.

Es aconsejable cubrir los alimentos para protegerlos de las esporas y almacenarlos por separado, especialmente aquellos con alto contenido de agua, en recipientes limpios y cerrados para prevenir la contaminación.

Mantener el refrigerador limpio es esencial para minimizar la acumulación o propagación de colonias de moho.

Para evitar el moho en frutas y verduras, basta con lavarlas antes de su consumo. La cebolla y el ajo, susceptibles al moho negro, se deben almacenar en bolsas de red para facilitar la ventilación y se recomienda guardarlos en el refrigerador.

Si se ingiere moho accidentalmente, lo más probable es que no sea tóxico y una pequeña cantidad no resulte dañina. No obstante, los expertos sugieren estar atentos a síntomas como náuseas, diarrea y dificultad para respirar.

Ideas destacadas

  1. Aunque la mayoría de los mohos en los alimentos son inofensivos, no se pueden distinguir fácilmente de aquellos que son perjudiciales y que podrían causar desde indigestión hasta cáncer.
  2. Los mohos prefieren ambientes cálidos y húmedos pero no sobreviven en alimentos conservados en frascos o envases herméticamente cerrados.
  3. Entre las especies de hongos que pueden introducirse en los hogares, algunas producen toxinas como la aflatoxina y la micotoxina, que son causantes de cáncer de hígado tras una exposición prolongada.
  4. Es crucial mantener los alimentos a temperaturas bajas, entre 1 y 3 grados Celsius en el refrigerador, para ralentizar el crecimiento del moho y prolongar la vida útil de los productos horneados.
  5. Para prevenir la contaminación por moho, se debe cubrir y almacenar los alimentos, especialmente los húmedos o con alto contenido de agua, en recipientes limpios y cerrados.
  6. La limpieza regular del refrigerador es esencial para evitar la acumulación y propagación de moho.
  7. Lavado de frutas y verduras antes de su consumo y almacenamiento adecuado de alimentos como la cebolla y el ajo pueden prevenir el crecimiento de moho negro.
  8. En caso de ingestión accidental de moho, es improbable que sea tóxico en pequeñas cantidades, pero se deben monitorear posibles síntomas adversos como náuseas o dificultad para respirar.

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