Desde que escuchas a las personas del lugar decirte que para llegar a Real de Catorce debes cruzar un túnel de más de 2 km que atraviesa un cerro (único en su tipo en México), sabes que lo que encontrarás del otro lado debe tener algo muy singular. Al llegar al final del pasadizo es inevitable sentir que acabas de cruzar un portal en el tiempo.
De inmediato podrás ver un mágico y pintoresco pueblito enclavado en la Sierra de Catorce. Aún conserva sus rasgos coloniales, por lo que perderse entre sus calles de piedra es la mejor recomendación. El pueblo fue una importante zona minera, de donde se extraía plata, por lo que es todo un símbolo del lugar.
Podrás encontrar hermosas artesanías hechas a mano por huicholes, verdaderas obras de arte, elaboradas con chaquiras de unos colores hipnotizantes.
Para donde camines te toparás con construcciones que exhalan historia e inspiran a imaginar leyendas de este encantador pueblo.
Pero si lo que quieres es tener una vista majestuosa, deberás subir a las ruinas de las exhaciendas mineras. Lo mejor es llegar hasta ahí a caballo, pregunta a los guías del lugar sobre este tipo de paseos.
›Los famosos Willys son vehículos 4x4 de los años 60’s que podrás ver por doquier en este lugar; son el medio de transporte todoterreno ideal para poder andar por donde quieras. Y si vas acompañado, es un paseo que no puedes dejar pasar. No olvides tu cámara, pantalones cómodos y tenis todoterreno.
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