Bajo la denominación popular de “El mono borracho”, la hipótesis plantea que la predilección humana por el alcohol podría remontarse a nuestros ancestros primates, quienes, según la teoría, se vieron atraídos por el olor del alcohol que emanaba de frutas maduras y fermentadas.
La primatóloga Christina Campbell, afiliada a la Universidad Estatal de California en Northridge (CSUN), junto con su estudiante de posgrado, Victoria Weaver, investigaron esta sugerencia mediante un estudio centrado en la recolección de frutas consumidas y desechadas por los monos araña.
Los resultados de su investigación revelaron que la concentración de alcohol en las frutas ingeridas por estos primates oscilaba entre el 1 y el 2 %.
Además, al examinar la orina de los monos, las autoras encontraron rastros de metabolitos secundarios de alcohol.
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Estos hallazgos indican que los monos araña utilizaban las frutas como fuente de energía debido al contenido de etanol. Pero las investigadoras subrayaron que se trataba de un estudio preliminar y que se requerían más datos.
Christina Campbell comentó sobre el trabajo: “Estamos en la fase inicial de nuestra investigación y necesitamos recopilar muchos más datos, pero parece que la hipótesis del “mono borracho” propuesta por Dudley podría tener algún fundamento.
Es decir, la propensión de los humanos a consumir alcohol podría tener sus raíces en la afinidad de los primates frugívoros por el etanol natural de las frutas maduras”.
En una etapa posterior, los investigadores, en colaboración con Dudley, examinaron el contenido de alcohol de las frutas preferidas por los monos araña y cómo estos metabolizaban dicha sustancia.
Aunque señalaron la posibilidad de que los primates consumieran frutas fermentadas por las calorías, subrayaron la incertidumbre respecto a la cantidad de alcohol ingerido y sus posibles efectos conductuales y fisiológicos.
En definitiva, este estudio continúa arrojando luz sobre la intrigante conexión entre los primates y el consumo de alcohol, sugiriendo que la afinidad por esta sustancia podría tener raíces más profundas de lo que se pensaba inicialmente.
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