El lado perverso de Facebook

27 de Noviembre de 2024

El lado perverso de Facebook

24 JUAN PABLO 94

Durante 2016 y 2017, la red social pasó al lado oscuro y la información se entregó a los peores intereses del poder, la política y las campañas sucias en EU

Facebook es la red social más utilizada en el mundo. Con más de dos mil millones de usuarios. No hay red social que se acerque siquiera a la potencia de la empresa de Mark Zuckerberg. Con 400 usuarios nuevos registrándose por minuto, 22% de la población mundial está suscrita a la plataforma que inició en 2004 en un dormitorio de la Universidad de Harvard.

A poco más de 14 años de su nacimiento, Facebook se ha convertido en una de las empresas más poderosas del mundo por lo que conecta, sobre todo por la información de sus usuarios. En la época en la que los macrodatos y la información son poder, Facebook y Google tienen toneladas de ésta, sin que en un principio tomaran en cuenta el valor y la dimensión que sus ideas originales iban a tener.

Pensar en Facebook solamente como una red de diversión e intereses comunes es no entender el momento por el que pasa la revolución tecnológica en la que vivimos. Empresas como Facebook y Google cuentan con información única de sus usuarios que revelan sus gustos, fobias, amistades, ubicaciones y demás información de la que ni nosotros mismos somos conscientes. A través de búsquedas, likes, compras y el GPS de nuestros celulares, las empresas registran y recolectan información de nuestra huella digital que cedemos a la empresa cuando aceptamos los términos de condiciones al registrar las cuentas de redes y buscadores.

Medios líderes especializadas en tecnología como Wired comenzaron a advertir en este año sobre el desgaste con el que comenzaban el año una empresa tan poderosa como Facebook y su dueño, Mark Zuckerberg. En su edición de marzo 2018, la revista presenta en portada un acercamiento al rostro de Mark Zuckerberg golpeado, ensangrentado. Una ilustración del dibujante neoyorquino Jake Rowland. La revista quería mostrar que Zuckerberg está en medio de una dura pelea y ha sido vapuleado como nunca antes, pero dispuesto a cambiar su estrategia y seguro de ganar.

De 2016 a 2017, Facebook pasó al lado oscuro. Tomó un camino malévolo en el que la información que alguna vez sirvió para puro marketing estratégico se entregó a los peores intereses del poder, la política y las campañas sucias que tienen al periodismo, gobierno, sociedad y empresas mismas en un momento de crisis y confusión que ha mostrado ser más que difícil de superar.

La campaña de 2016 de Donald Trump representó el punto de quiebre para Facebook en cuanto al cuestionamiento de su uso verdadero para influir en ella y desestabilizar democracias, involuntariamente.

›Facebook recibió un intenso escrutinio sobre su funcionamiento después de que se revelaran los detalles sobre la influencia de Rusia en las elecciones. Incluso Zuckerberg recibió la primera amenaza que llegó del presidente Barack Obama. El Washington Post reportó que el expresidente advirtió al CEO acerca del uso de noticias falsas en su red.

Según el Post Obama hizo un llamado personal a Zuckerberg para que tomara en serio la amenaza de la desinformación política; el empresario reconoció el problema, pero dijo que esos mensajes no estaban extendidos por Facebook y que “no había un remedio fácil”.

El joven Zuckerberg que creó Facebook a los 17 años con sus amigos universitarios, con la intención de crear conexiones para ligar y socializar entre la comunidad universitaria, terminó compareciendo ante el Congreso estadounidense por tres mil anuncios rusos publicados en su red que son investigados por los legisladores, y ha tenido que entregar información de su plataforma al asesor especial sobre la injerencia rusa, Robert Mueller, quien incluyó copias de los anuncios y detalles sobre este negocio y criterios de segmentación que utilizaron.

Pero el problema de Facebook ante la injerencia rusa y los conflictos de ser uno de los gigantes de la industria con un crecimiento apenas sostenible, cambiaron con la publicación de un reportaje en el New York Times, The Guardian y The Observer. Hasta ahora, la mayoría de lo que sabíamos sobre Facebook y las elecciones de 2016 se había centrado en la intromisión de agentes rusos y su modus operandi en granjas de bots, acciones ya investigadas por el FBI y por el Senado de Estados Unidos. De golpe, con las notas periodísticas publicadas el fin de semana, la consultoría de datos Cambridge Analytica se ha convertido en un nombre conocido y que representa para Facebook un problema de diferentes dimensiones.

Según los informes, la compañía con sede en el Reino Unido compró datos de millones de usuarios de Facebook violando las políticas de la red social. Cambridge Analytica aprovechó la información para crear perfiles psicográficos de usuarios y sus contactos, utilizados para colocar anuncios políticos específicos en la campaña de referéndum del Brexit en Reino Unido, y para el eventual triunfo de Trump durante las elecciones de 2016.

El problema con la firma digital de análisis que ha ayudado a las campañas políticas a llegar a potenciales votantes en línea, combinando datos para construir perfiles, es que utilizan información que no necesariamente es cedida por usuarios. Aunque han firmado condiciones de uso, la presencia de aplicaciones externas a Facebook que solicitan la apertura de datos para su operación, no advierten sobre la finalidad que tendrá la información que consiguen a través de encuestas disfrazadas de otros intereses, más allá de los políticos.

Aleksandr Kogan, profesor de la Universidad de Cambridge creó una aplicación que ofrecía predicciones de personalidad a usuarios. La aplicación solicitó acceso a los perfiles de Facebook de los usuarios, las ubicaciones y datos de sus amigos. El problema, dice Facebook, es que Kogan envió esta información a Cambridge Analytica sin permiso del usuario, contrario a las reglas de la red social.

Desplome. El lunes pasado, Facebook perdió más de seis mil millones de dólares tras la caída de sus acciones, la mayor de la empresa en una sola jornada en los últimos cuatro años.

La compañía que es señalada por especialistas e insiders de la campaña como la responsable de que Trump haya ganado con estrategias focalizadas en los estados de Michigan y Pensilvania al final, presume que tiene cinco mil puntos de datos de más de 230 millones de votantes estadounidenses de casi 250 millones de personas en edad de votar en Estados Unidos. Las investigaciones periodísticas muestran formas bajas y mentirosas del hasta hace unas horas CEO de la empresa, Alexander Nix. En los videos escondidos discutió mentiras y aparentes chantajes como parte de sus esfuerzos para influir en las elecciones de muchos países del mundo, incluyendo a Trump y a México.

En lo que Mark Zuckerberg aparece, diferentes políticos en Estados Unidos lo han llamado a que comparezca, sumándose a la petición del parlamento británico para explicar la injerencia en el voto del Brexit que los tiene con el agua en el cuello. Mientras eso sucede, en México la firma aceptó su colaboración con diversos partidos y actores políticos. Varios años atrás la firma ha tenido presencia en nuestro país. Ante el escenario de vulnerabilidades de la democracia y gobernabilidad de México, hay que sumar el reto de mantener el ojo sobre lo que ocurre con el manejo de la información privada que inadvertidamente se comparte en la red mas importante, también de México, con casi 70 millones de usuarios.

Con las formas y maneras de los partidos políticos, la guerra sucia y las estrategias bajas, habrá que desconfiar más y educarnos como usuarios hasta no llegar en consenso, gobierno, sociedad y empresas tecnológicas al uso responsable de una herramienta con buenas intenciones convertida en arma político-electoral.