Todos los caminos del mal humor del presidente Andrés Manuel López Obrador conducen a las elecciones del 6 de junio.
Dicen los que saben que allá, dentro de Palacio Nacional, las cosas suben bastante de tensión por lo irascible de don Andrés, porque sus números electorales no le dan.
Lo último que lo ha desencajado es ver que de las 14 gubernaturas que se estimaba quedarían en manos de Morena en otoño pasado, a las nueve que calculaba con certeza el equipo presidencial en diciembre, los números le están dando sólo como seguras cinco: Baja California, Colima, Guerrero, Nayarit y Zacatecas, porque en la gran mayoría del resto o están muy competidas o los han rebasado por la izquierda y la derecha.