jcrodriguez@ejecentral.com.mx En momentos en que el gobierno federal atraviesa por una severa crisis de aceptación, y en una época en la que los actos de corrupción incrementan el desprestigio de la clase política, Manlio Fabio Beltrones afirma que la solución son los gobiernos de coalición, pues permite que el poder público se integre con los mejores cuadros, con capacidad y prestigio “para que el gobierno sea un ejercicio de responsabilidades y deberes, no un régimen de cuotas o cuates”. La entrevista con el sonorense se realiza mientras su partido debate el método para elegir al candidato presidencial y discute los temas rumbo a la XXII Asamblea Nacional. Al respecto, Beltrones señala que más que “militancia”, al abanderado presidencial del PRI se le debe exigir “identidad” con el partido. —¿La clase política mexicana está lista para los gobiernos de coalición? —En estos días hemos estado percibiendo expresiones de los diferentes liderazgos políticos que participan en la vida pública nacional. Es posible notar que existe un gran consenso para construir legitimidad democrática a partir del esquema de gobierno de coalición, que habrá de permitirnos salir de una era de “gobiernos divididos” en el sistema presidencial mexicano, para pasar a otra de “gobiernos compartidos”. “La estructura del gobierno de coalición permite que el poder público se integre con los mejores cuadros, con honorabilidad, nombre y prestigio, para que el gobierno sea un ejercicio de responsabilidades y deberes, no un régimen de cuotas o cuates”. —¿El Pacto por México fue una aproximación a lo que puede ser un gobierno de coalición? —Como un ejercicio de suma de voluntades plural a un propósito común, que es servir a México, sí lo fue. Sin embargo, más allá de estar de acuerdo en una serie de casi 100 propósitos para transformar el país, no es comparable a lo que un gobierno de coalición debe ser. El gobierno de coalición establece propósitos, decisiones y acción conjunta de varias fuerzas políticas unidas en torno a un fin común, que se establece en la agenda avalada por, en este caso, el Senado de la República, la Cámara en la que se expresa el pacto federal. —¿Qué consecuencias habrá para el país en el corto plazo de seguirse posponiendo la reglamentación de los gobiernos de coalición? —La principal es que los gobiernos seguirán operando en condiciones de minoría política, así sea la primera minoría, lo que dificulta el logro de los propósitos que le son mandatados por los ciudadanos, pero también provee alicientes a los partidos o fuerzas políticas que no están en el gobierno, a formar bloques que más que de oposición, son obstáculos para gobernar y hacer avanzar la agenda nacional. “Debemos salir ya de esa circunstancia en donde al concluir un proceso electoral, el principal interés de los partidos es estorbar para que a quien gobierne le vaya mal y así poder ganarle en las próximas elecciones. El país pierde, y mucho, cuando los de afuera estorban y los de adentro quieren gobernar”. —Que ya de por sí es difícil gobernar con minorías… —Cada vez más, quien gana la titularidad del Poder Ejecutivo lo hace con el 30% de los electores que sí votan, que vienen siendo el 60% del padrón electoral, es decir, algo así como el 15 o 16% de los ciudadanos en edad de votar. Con el modelo actual, quien tiene el 15% de respaldo ciudadano obtiene el 100% del gobierno, por lo que todos quienes quedan fuera del mismo se dedican a escatimarle el apoyo. “En estas circunstancias, una vez concluidas las elecciones, el gobierno de coalición permite integrar respaldo, legitimidad y programa legislativo y de gobierno, para dar resultados y mejorar la calidad de la democracia”. —¿El PRI estaría dispuesto a sacrificar algunas de sus banderas o algunos de sus principios en aras de un gobierno de coalición? —En el PRI no tenemos que sacrificar algo, porque la propuesta del gobierno de coalición fue madurada y presentada por el grupo parlamentario del PRI en el Senado, coronada después por el mismo en la Cámara de Diputados. El gobierno de coalición ya está en la Constitución, nosotros creemos y confiamos en él, lo llevamos a la Constitución, por lo que compartimos plenamente la modernización del sistema presidencial mexicano. (FOTO: Jorge Villalpando) ES DE INTERÉS | No creo en esa distinción entre ciudadanos y políticos: Beltrones (II)