El gobernador de Nayarit, Roberto Sandoval, ya está viviendo su séptimo año de gobierno antes de terminar su mandato. En el arranque de la campaña para elegir a su sucesor, se encuentra en medio de una investigación de narcotráfico de uno de los funcionarios más cercanos a él, el fiscal Édgar Veytia, preso en Estados Unidos. Problemas no le faltan. Dicen los que saben que si las autoridades profundizan una investigación criminal en contra del canta autor fallecido en 2015, Joan Sebastian, a quien se le han imputado presuntos delitos de trata, don Roberto va a salir bailando. Sebastian fue socio del gobernador en uno de sus ranchos donde llegó a tener hasta mil caballos, de los que se ha venido deshaciendo aceleradamente. No es el único. Hace un par de años, otro cantante, Pepe Aguilar, le encargó a su hijo mayor, José Emiliano, por muy mal portado. La semana pasada, para acabarla de amolar, para don Roberto, el hijo de su amigo, a quien utilizaba como chofer, fue detenido en Estados Unidos acusado de tráfico humano. Oséase, por todos lados se le quema la estufa al gobernador.