Si bien el gasto de los hogares en Estados Unidos sigue creciendo, la realidad es que lo está haciendo a un menor ritmo al de los trimestres anteriores. De acuerdo con cifras del Departamento de Comercio de ese país, el gasto real de los consumidores fue de sólo un 0.8 %, cifra que se revisó a la baja desde la primera lectura hace un mes.
La lectura anterior fue de 1.7 % y los economistas esperaban que se mantuviera esa tasa de crecimiento, pero fue menor. Asimismo, este resultado está muy por debajo del 4.2 % del primer trimestre.
Aunque en un punto pospandemia los estadounidenses se dedicaron a gastar a manos llenas por los estímulos que otorgó el gobierno del presidente Joe Biden y esa demanda, en parte, disparó presiones inflacionarias que se trataron de contener con aumentos en las tasas de interés pero que de cierta manera fueron evadidas por mayores ingresos en las familias de ese país, en el segundo trimestre de este año está perdiendo velocidad y se está reflejando no sólo en el gasto, también en sectores clave que son referencia de crecimiento económico, como el de la vivienda.
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En tanto, el Buró de Análisis Económico reafirmó el crecimiento del Producto Interno Bruto de Estados Unidos en 2.1 %, igual a la segunda lectura, pero menor al 2.4 % que se había calculado en la primera revisión. No obstante, estas revisiones a la baja, el crecimiento de la economía más grande del planeta en el segundo trimestre es mayor al 2.0 % que se obtuvo en el primer trimestre del año, lo que anima a los sectores productivos.
A pesar de que la tasa de la tercera revisión quedó igual que la de la segunda, al interior existieron movimientos interesantes que deben analizarse, la baja del gasto de consumo que fue parcialmente compensada por revisiones al alza de la inversión fija no residencial, las exportaciones y la inversión en inventarios, lo que se traduce en un debilitamiento del gasto de los hogares que incidirá en los ingresos empresariales y a la postre en las remuneraciones salariales y los empleos de continuar esa tendencia en los próximos trimestres.
Un debilitamiento del consumo en Estados Unidos también repercute en la economía mexicana, la que en los últimos meses había mostrado una menor velocidad en los rubros de comercio internacional ligados a la región. Las cifras del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) muestran que las importaciones y exportaciones se habían visto titubeantes en lo que iba de este año, después de haber alcanzado máximos históricos al cierre de 2022.
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