Uno de los partidos más esperados de la fase de grupos fue el protagonizado por Alemania y España esta tarde. Después de una sorpresiva derrota ante Japón, Alemania estaba necesitada de una victoria para no repetir el mismo destino de 2018. No obstante, el panorama a esa selección se tornaría negro, pues tendrían que conseguir sus primero tres puntos ante una Furia Roja que le metió tan sólo siete goles a Costa Rica en su debut.
El partido empezó con una presión intensa por parte de los alemanes. Todo el equipo se movía en líneas organizadas para tratar de robar el balón y generar jugadas de peligro; sin embargo, un Sergi Busquets inspirado cumplió su misión y dificultó a los bávaros pasar a tres cuartos de cancha.
El partido se fue empatado al medio tiempo; la desesperación se empezaba a notar entre los dirigidos de Flick. Sobre todo, porque en el segundo tiempo Álvaro Morata, quien acababa de entrar a la cancha, remató de manera exquisita un centro raso del lateral Jordi Alba. Este gol eliminaba de forma definitiva a la selección alemana. Cuando parecía los teutones se rendían, Füllkrug mandó un testarazo al fondo de la red, empatando el partido y dándole una última esperanza a su equipo.
Aunque Alemania sigue en último lugar de su grupo, aún puede clasificar esperando que los españoles ganen su siguiente partido, y ellos goleen a Costa Rica. El llamado “grupo de la muerte” está abierto aún para todos, y promete partidos muy emocionantes para la siguiente jornada.
Esperanza. Aunque el empate contra España los mantiene con vida, los alemanes dependen de combinaciones para clasificar.
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