Resulta que una de las personas en quien confiaba totalmente el presidente Andrés Manuel López Obrador —porque creía en su compromiso personal con los derechos humanos y su entrega— era el todavía subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas, pero le ha traído más problemas que soluciones en el tema de desaparecidos, incluyendo los 43 normalistas y ataques a defensores de Derechos Humanos y de periodistas.
De Don Alejandro ya no sólo se quejan las Fuerzas Armadas, la Cancillería, organismos internacionales y varias áreas de seguridad federal.
El problema escaló en las últimas audiencias y en foros internacionales en los que ni Encinas ni su equipo han mostrado que mantienen un riguroso seguimiento de los casos, ni en cantidad ni mucho menos en sus avances, y de esto ya están enterados en Palacio Nacional.