Tremendo escándalo desató en el mundo del futbol la procuradora general de Estados Unidos, Loretta Lynch, al dar a conocer que habían arrestado a siete ejecutivos de las confederaciones de futbol de América del Norte, Centroamérica y del Caribe, y del Sur, por una corrupción millonaria durante 25 años. La acusación señala sobornos para conceder sedes para torneos internacionales, y arreglar juegos con su propia mercadotecnia. El caso apenas se abrió, pero en las 164 páginas del expediente judicial aparece como el presidente de la CONCACAF, Jeffrey Webb, recibió sobornos para arreglar que equipos de esa región jugaran partidos preparatorios para la Copa Mundial en Sudáfrica contra equipos africanos. El único equipo de la región que jugó tres partidos contra escuadras mexicanas fue México, pero la Federación Mexicana de Futbol, dijo que no hablaría sobre el tema, y menos aún sobre cómo se negociaron esos partidos, y el presidente saliente de la FMF, Justino Compeán, nunca tomó el teléfono desde Suiza, donde se encuentra para una reunión de la FIFA el viernes, para aclarar qué sucedió en aquél 2010, donde los mexicanos, aún sin ser citados directamente en la investigación, salen embarrados.
25 de Noviembre de 2024
