La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México ha tenido muchos problemas para llevar a juicio a dos exlegisladores, Mauricio Toledo y Saúl Huerta, pese al apoyo claro de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, porque sus defensores han sido aliados del presidente Andrés Manuel López Obrador.
En el caso de Toledo, del PT, Gerardo Fernández Noroña se convirtió en el principal respaldo del exdiputado acusado de enriquecimiento ilícito. Y en el segundo, fue Bertha Luján, quien intervino en la negociación para que se entregara a cambio de quién sabe qué.
Más que Fernández Noroña, el caso de doña Bertha intriga por mucho, porque la madre de la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde Luján, es incondicional del Presidente.