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A José Narro se le pide colocarse la bata de médico e imaginar que el PRI es su paciente. Ahora se le solicita examinar al enfermo y emitir un diagnóstico. “El PRI está delicado, pero estable”, afirma el exsecretario de Salud, uno de los seis aspirantes a la dirigencia nacional del alicaído tricolor.
Hay quienes dicen que ya está desahuciado… No está desahuciado, pero puede ponerse muy grave. Lo que tenemos que hacer es una elección ejemplar, democrática, seria, sin simulaciones, sin chapuzas y sin recurrir a las tretas que se han seguido tradicionalmente. Eso sería un golpe durísimo a la posibilidad de recuperación del PRI.
José Narro, exrector de la UNAM, es señalado como el único de los candidatos con posibilidades de dar pelea a Alejandro Moreno, gobernador de Campeche, a quien acusa de ser el “candidato oficial y de la cúpula del partido”.
En los últimos tres meses, Narro ha sido enfático en señalar que el proceso interno del PRI está lleno de irregularidades, pues aún no hay convocatoria oficial, no existe un padrón confiable, se desconoce el método y las reglas para la sucesión, y hay dados cargados, dice, hacia el gobernador campechano.
›Por ello, se le pregunta si tiene sentido competir en un proceso que, desde su punto de vista, está amañado y si tiene las suficientes alianzas para enfrentarse a la cúpula que quiere hacerlo a un lado.
“No sé si tengo alianzas suficientes”, responde el médico de 70 años. “Lo que sí sé es que tengo valores que me sobran, y también sé que hay mucha gente que comparte esos valores. Lo que yo digo es: démosle la cara a la gente, enseñemos nuestra hoja de vida, hagámonos transparentes, que nos revisen y que digan quién ha cometido excesos en su vida”.
Después de lo que vivió el partido en 2018, los escándalos de corrupción y el desprestigio que arrastra, ¿es viable el PRI? Yo pienso que estamos teniendo una oportunidad, si hacemos las cosas como se deben hacer, yo no tengo ninguna duda de que el partido es viable. El PRI es el partido histórico de México, el PRI se ha sabido levantar de las derrotas, pero tiene que cambiar. Claro que el partido tiene arreglo, lo que a veces parece que no tiene arreglo son las conductas de algunos priistas.
Partido anémico
Tras las elecciones del domingo pasado, el PRI se convirtió en “chiquillada” en algunos estados. Mientras que en los comicios de 2013, el candidato priista al gobierno de Baja California, Fernando Castro Trenti, obtuvo 44% de la votación (sólo tres puntos abajo del vencedor, el panista Francisco Vega), el pasado 2 de junio el aspirante del PRI, Enrique Acosta, apenas logró 4.6% y quedó en quinto lugar.
En Puebla, Tamaulipas y Quintana Roo el PRI quedó en tercer lugar y en Aguascalientes en cuarto. Su papel más digno fue en Durango, donde quedó en la segunda posición.
¿Cómo vio los resultados? Pienso que el PRI es un partido donde no queremos acostumbrarnos a las derrotas, a ser tercer o cuarto lugar. Tenemos que cambiar para ser competitivos, tenemos que reconciliarnos internamente porque si no, no se pueden dar los siguientes pasos. Pero esa sola reconciliación no alcanza, lo que tiene que hacer el priismo es tener un reencuentro, tiene que reconquistar a la sociedad, no sólo la militancia, que es fundamental, sí, pero la pura militancia no alcanza para ganar elecciones.
“No se equivoquen”
La semana pasada circuló en redes sociales una foto de Alejandro Moreno con sus 11 colegas gobernadores del PRI, acto que fue leído como un espaldarazo de la cúpula.
Narro deja entrever que su lucha no es sólo contra el mandatario de Campeche, sino contra el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, a quien señala de interferir en el proceso interno, pues el tabasqueño ha hecho señalamientos sobre malas prácticas durante su gestión como secretario de Salud, entre 2016 y 2018.
“Si hay malas prácticas que la denuncien. Que se investigue y se castigue a quien haya cometido algún acto indebido. Curiosamente, a partir de que yo dije que tenía interés (de contender por la dirigencia del PRI), se recrudeció la crítica a los servicios de salud y se hicieron señalamientos en mi contra. Se me llegó a decir omiso y se llegó a decir que yo recibía instrucciones para beneficiar a alguien.
“Lo que yo he dicho es ¡qué fácil acusar desde el poder! ¡Qué sencillo es señalar sin pruebas y qué indebido es que existan ese tipo de excesos! Por eso uno también tiene que decir que no intervengan en el proceso de definición de la dirigencia del partido, que no se equivoquen, la vida interna del partido es propia de la militancia”.
¿Qué atributos debe tener un dirigente de partido que busca ser contrapeso de un Poder Ejecutivo tan personalista como el de López Obrador? En una democracia no puede haber una voz, tiene que haber un coro de voces. Y vale más que desentonen, vale mas la diversidad, que la uniformidad; vale más un coro que a veces no se entienda, que una voz que sea la única que se escuche.
“No se puede ser una oposición sensata, inteligente, madura, informada y franca si no se tiene una visión de Estado, si no se sabe el contexto internacional en que se está moviendo nuestro país, si no se tiene una visión completa sobre los problemas y las soluciones, de las necesidades y de las posibilidades de nuestro país”.
Claridad. Narro reiteró que los aspirantes a dirigir al PRI deben dejar en claro que no utilizaran la presidencia del partido como plataforma para buscar candidaturas o impulsar proyectos personales.Foto: Angélica Ortiz
Las tres preguntas de Colosio
A 25 años del asesinato de Luis Donaldo Colosio, el exrector de la UNAM rememora una frase de quien fue su “jefe y amigo”.
“Hay una frase fantástica que Luis Donaldo pronunció el 3 de diciembre de 1988, al tomar posesión como presidente del PRI. Él dijo que debemos respondernos tres preguntas: ¿quiénes somos, cuántos somos y dónde estamos? Y resulta que treinta años después no sabemos quiénes somos, cuántos somos y dónde estamos. Si eso no es incumplir con el partido, yo no sé qué es”.
Alberca y helipuerto
Desde la óptica de José Narro, los priistas tienen que votar a favor de la honestidad, no de la corrupción, por lo que pidió a los militantes evaluar el modo de vida de cada contendiente:
“Yo vivo en la misma casa desde hace 36 años, y no es una mansión. Alguien puede preguntar a mis vecinos si tengo un coche último modelo que ocultar o si tengo colecciones de carros deportivos. No he podido construir en mi casa una alberca, porque no cabe. No tengo helipuerto, porque arriba están los tinacos y los cables, y en una de esas se me cae la casa”.