Mejorar el control del consumo de alcohol reduce la negligencia y el abuso hacia la infancia. Este es un hecho que ya ha sido demostrado desde hace años; ahora, un nuevo estudio encontró que este impacto positivo permanece al menos siete años después de la implementación del programa de control de alcohol.
Los resultados provienen del análisis de los efectos del Proyecto de Prevención del Alcohol en los Vecindarios de Sacramento (SNAPP, por su sigla en inglés y palabra que se puede traducir como “quebrar”), una intervención que fue implementada en esa población del estado de California en Estados Unidos entre 1999 y 2003; aunque, no fue diseñada específicamente para reducir el abuso y la negligencia infantil, lo tenía como uno de los efectos positivos que se podían esperar.
Al principio, el Proyecto tuvo resultados espectaculares. Por ejemplo, un equipo encabezado por Bridget Freisthler, de la Universidad Estatal de Ohio, demostró que el número de tiendas que venden alcohol en un barrio está relacionado con casos de abuso y abandono infantil en la misma zona; otro estudio encontró que un aumento del 1% en el volumen de consumo de alcohol per cápita en Sacramento estaba relacionado con un 3.2% más ingresos de niñas y niños a hogares de acogida.
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Los nuevos resultados, reportados hoy en la revista Drug and Alcohol Review, fueron un poco menos contundentes que los encontrados inmediatamente después de la implementación del Proyecto, cuando el número ingresos a hogares de acogida en uno de los vecindarios donde se hizo la intervención se redujo en un 11.8%, mientras que en el nuevo estudio, hecho por el equipo de Freisthler, la reducción fue de 11.2 por ciento.
En otro barrio, la disminución hace siete años fue de 24%, pero los autores no compararon con esa cifra; esto debido a que identificaron diversos factores que la pudieron haber amplificado.
Control del alcohol
SNAPP fue una intervención comunitaria enfocada sobre todo entre jóvenes menores de edad y personas que ya estaban intoxicadas, e incluyó actividades de concientización comunitaria para los residentes del vecindario, capacitación en el servicio responsable de bebidas para gerentes y personal de las tiendas de alcohol y una mayor aplicación de las leyes relacionadas con el alcohol.
Para el nuevo estudio, siete años después, el equipo de investigación no sabe en qué medida sigue implementándose SNAPP. Por otra parte, Freisthler señala en un comunicado de prensa que la mayoría de las intervenciones para detener el abuso de alcohol y sus efectos en el abuso infantil se hacen a nivel individual y familiar.
Sin embargo, sus resultados muestran que “cambiar el entorno que rodea al alcohol es más eficaz y menos costoso que trabajar sólo con individuos y familias”, dice Freisthler.
“Reduce los accidentes de tránsito, reduce las agresiones, reduce el abuso y la negligencia infantil. Un proyecto como este contribuye mucho a mejorar la salud pública”.
Bridget Freisthler. Universidad Estatal de Ohio.
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