La República Democrática del Congo (RDC) declaró este miércoles de manera oficial la finalización de la undécima epidemia de Ébola de su historia, marcada por la concomitancia entre las emergencias sanitarias concomitantes, con el uso de vacunas y las eternas sospechas de corrupción denunciadas en esta oportunidad por varios países donantes.
“En este miércoles 18 de noviembre de 2020, me complazco en declarar solemnemente la finalización de la undécima epidemia de la enfermedad por el virus del Ébola en la provincia del Ecuador (noroeste)”, declaró ante la prensa la ministra de Salud, Eteni Longondo, al cumplirse el plazo habitual sanitario (42 días tras que el último paciente diera definitivamente negativo).
En total, la epidemia afectó a 130 personas (119 casos confirmados, 11 probables), provocando 55 muertes, de acuerdo a un conteo realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Esta cifra es muy baja respecto a la anterior epidemia de fiebre hemorrágica en el este de la RDC, que oficialmente aún se encontraba en curso sobre mediados de este año, con más de 2.200 muertes desde agosto de 2018 hasta fines de junio de 2020; el segundo balance más alto en la historia desde que el virus de esta enfermedad apareciese por primera vez, en 1976.
Al 1 de junio pasado, la RDC aún se encontraba bajo las medidas restrictivas impuestas por el jefe de Estado frente a los primeros casos de covid-19 en el país, lo que incluía el cierre de fronteras, que se levantó el 15 de agosto.
Como ocurrió con la décima epidemia en el este, la vacunación fue utilizada ampliamente, en “más de 40.580 personas”, de acuerdo a la OMS. La vacuna inoculada fue rVSV-ZEBOV-GP, del laboratorio estadounidense Merck.
“La gente ve en esta clase de epidemias una buena ocasión para enriquecerse, ya se trate del sector privado o en las diferentes instancias del Estado”, señaló el embajador de Canadá ante la RDC, Nicolas Simard.