El esfuerzo físico no es lo único capaz de agotar a una persona, ya que pensar demasiado y durante demasiado tiempo puede ocasionar efectos parecidos en el cuerpo.
Según una nueva investigación publicada en Current Biology, la fatiga cognitiva, tal como se le conoce a este fenómeno, es ocasionada por la acumulación de sustancias nocivas en el cerebro, que realiza esta acción como una alerta para dejar de pensar excesivamente.
A diferencia del cansancio provocado por el ejercicio o cualquier tipo de actividad física, el agotamiento mental provoca mayor dificultad para realizar tareas cognitivas, siendo la falta de concentración uno de los síntomas más frecuentes.
En su trabajo de investigación, los expertos señalan que la falta de resistencia mental tras varias horas de esfuerzo podría deberse a la presencia de glutamato, el neurotransmisor excitatorio más abundante en el cerebro, el cual puede incluso excitar las neuronas hasta la muerte de las mismas.
A través de un experimento en el que participaron 24 voluntarios, se encontró que tras un lapso prolongado de esfuerzo cognitivo, este compuesto aumentó en la corteza prefrontal lateral. Se trata de una parte del cerebro asociada con poderes cognitivos de orden superior, como la memoria a corto plazo y la toma de decisiones. En contraste, entre los participantes a los que se les asignaron tareas más fáciles, no se observaron signos de acumulación de glutamato en esta parte del cerebro.
“Nuestros hallazgos muestran que el trabajo cognitivo da como resultado una verdadera alteración funcional, la acumulación de sustancias nocivas, por lo que la fatiga sería una señal que nos hace dejar de trabajar, pero con un propósito diferente: preservar la integridad del funcionamiento del cerebro”, explicó Mathias Pessiglione, psicólogo clínico de la Universidad Pitié-Salpêtrière en París, Francia