Los escoltas del exgobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón El Bronco, fueron quienes lo entregaron a los ministeriales estatales, tras horas de engaños en la carretera entre Monterrey y General Terán. Así lo reveló el exmandatario en una carta pública.
Según el relato de El Bronco, el martes 15 de marzo salió de su rancho en Coahuila a las siete de la mañana hacia su casa en García.
Llegó a Monterrey tres horas después. Iba con unos amigos suyos a un rancho en el municipio General Terán para ver un proyecto de conservación de flora y fauna local, algo que le apasiona hacer desde que dejó la gubernatura del estado, refirió.
Sin embargo, desde ese día, el actual gobierno estatal le asignó una escolta de cuatro hombres que se trasladan en un vehículo Touareg V.W. modelo 2012 y una camioneta Dodge pickup, ambos tienen GPS instalados y son propiedad de la administración de Nuevo León.
Todos los hombres tenían “radiofrecuencia del gobierno y obviamente con celulares, que también son del conocimiento de la Secretaría de Seguridad Publica del Estado y del Comisario General de la Policía Fuerza Civil de donde ellos dependen”.
Rodríguez Calderón indicó que se pusieron en camino y a los 20 kilómetros en carretera, los escoltas recibieron una presunta orden de que se detuviera la caravana.
Presuntamente, había un enfrentamiento entre un grupo de civiles armados y la policía más adelante. Los escoltas les dijeron a los rancheros que habían pedido refuerzos que llegaron a los 20 minutos.
No obstante, esperaron una media hora más para decirle a El Bronco que pesaba sobre él una orden de captura, de la cual sólo le mostraron una foto. Poco después, mientras accedía ir con los ministeriales, le mostraron la orden de captura.
Para finalizar la carta, el exgobernador lamentó que la noticia de su detención se diera a conocer poco antes de que se cumplimentara y cuestionó el debido proceso con el que se lleva su caso.
BG
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