El peso mexicano fue la segunda divisa más apreciada durante 2022, al terminar el año en 19.51 pesos por dólar, según cifras de Banco de México. Implicó una ganancia anual de 4.9 %, equivalente a casi un peso. Mientras que, en lo que va del 2023, su comportamiento también ha destacado del resto, al ser la moneda más ganadora y acumular una apreciación de 7.9 %. Esto después de que, a partir del 11 de enero operase por debajo de las 19.00 unidades y el 9 de este mes alcanzó el menor nivel desde septiembre de 2017.
El sentimiento sobre el peso mexicano se mantiene positivo debido a que, al arranque de este año, la actividad económica mundial está presentando un comportamiento mejor al que se esperaba. En particular, se ha observado una fuerte resiliencia del mercado laboral estadounidense, pues en enero se crearon 517 mil puestos de trabajo y la tasa de desempleo bajó a 3.4 %.
Frente a ello, las expectativas de corto plazo son positivas sobre la recepción de dólares de México por concepto de exportaciones, remesas, inversión extranjera directa, turismo e inversión extranjera en valores gubernamentales. Sobre los primeros dos, en enero vimos una recuperación importante de la desaceleración registrada a finales de 2022.
Las ventas al exterior crecieron 6.1 % a tasa mensual y 25.6 % a tasa anual, lo que implica un ingreso de 42.6 mil millones de dólares (mmd). Esta cifra se integró de exportaciones no petroleras (39.9 mmd) y de petroleras (2.7 mdd). Al interior de las no petroleras, las dirigidas a Estados Unidos avanzaron 26.6 % a/a, en tanto que las canalizadas al resto del mundo lo hicieron en 28.5 %. Dado que las primeras representan el 82.2 % del total, si la economía estadounidense se desacelera, nuestra divisa podría depreciarse ante una caída en el consumo de su población, lo que luce probable que ocurra en el segundo semestre del año.
Por otra parte, los ingresos por remesas ascendieron a 4.4 mmd en enero, lo que significó un crecimiento anual de 12.5 %. Con ello, en los últimos doce meses (febrero 2022 – enero 2023), el flujo acumulado de los ingresos por remesas fue de 59.0 mmd, que implica un máximo histórico. Este comportamiento derivó de un incremento anual de 11.1 % del número de operaciones y de un aumento del monto de la remesa de 1.3 % a/a.
Además, en su reunión del 9 de febrero, Banco de México sorprendió a los mercados al anunciar un alza de 50 puntos base (pb), llevando la tasa de interés de referencia al 11.00 % y desligándose de la Fed. De esta forma, el diferencial entre las tasas de México y Estados Unidos aumentó de 600 a 625 pb, que es el nivel más elevado desde marzo del 2009. Así, el atractivo del carry trade de la moneda ha aumentado en comparación con el de otras monedas de países emergentes que terminaron su ciclo alcista antes.
Dado el atractivo de la tasa de interés en términos absolutos, con un nivel de 11.00%, como en términos relativos, con un diferencial de 625 pb respecto a la de los fondos federales, la tenencia de valores gubernamentales en manos de extranjeros se ha incrementado en 5.2 mmd, que se traduce en un crecimiento del 6.0 % en lo que va del año.
Aunque por el momento el sentimiento es positivo sobre la moneda mexicana, existen riesgos que podrían propiciar una reversión abrupta de la tendencia observada recientemente. Una fortaleza sostenida del mercado laboral y una desinflación heterogénea en EU podrían acrecentar la postura agresiva de la Fed y aumentar las probabilidades de que se presente una recesión profunda en aquel país. Esto derivaría en un repunte de la aversión al riesgo y una desinversión súbita de instrumentos de países emergentes, incluyendo los mexicanos.
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