En abril, los datos de inflación a nivel mundial continúan en máximos de varias décadas debido a que los choques de oferta provocados por la pandemia siguen sin normalizarse. Además, las nuevas restricciones por el brote de contagios en China y la guerra en Ucrania están elevando aún más los precios de los energéticos, los alimentos y los bienes, creando una condición en la que la demanda excede la oferta. Frente a ello, los temores se centran en que los incrementos en los precios se vuelvan permanentes y que ello distorsione el buen funcionamiento de la economía mundial.
La inflación anual de Estados Unidos se ubicó en 8.3% en el cuarto mes del año. Si bien esta representa la primera disminución tras 8 meses consecutivos de alzas, aún se encuentra muy cerca del nivel máximo de 41 años de 8.5% registrado en marzo. Los precios de la energía aumentaron 30.3% a/a; de manera particular, los de la gasolina subieron 43.6% a/a. Por otro lado, los precios de los alimentos se incrementaron 9.4% a/a, lo que representa la mayor cuantía desde abril de 1981; y sobre las mercancías, los precios de vehículos nuevos se elevaron a doble dígito, en 13.2% a/a. En lo que respecta a la inflación subyacente, que excluye los precios de la energía y alimentos y determina la tendencia de mediano plazo de la general, también se mantuvo muy por encima de los niveles previos a la pandemia, en 6.2%.
En México, la inflación volvió a aumentar por tercer mes consecutivo en abril, ubicándose en 7.68%, que es el mayor nivel desde el 2000 para un cuarto mes del año. Con ello, la brecha de inflación se mantiene tan elevada como la observada a principios de 2001. Por su parte, la inflación subyacente también se incrementó, acumulando 17 meses ininterrumpidos de aumentos, periodo en el que pasó de 3.66% a 7.22%. De manera particular, la de mercancías fue de 9.33%, que representa su mayor nivel desde abril del 2000 debido a que, tanto los precios de las alimenticias, como los de las no alimenticias han repuntado con fuerza.
Destaca que los precios de la Canasta de Consumo Mínimo, la cual está integrada por un subconjunto de 176 productos y servicios del Índice Nacional de Precios al Consumidor, aumentaron 8.31% en abril. Este es el nivel más elevado desde noviembre del año pasado y refleja que la inflación está siendo más elevada para los hogares de menores ingresos.
En la Eurozona, la inflación anual subió a un nuevo máximo histórico del 7.5% en abril, ya que la guerra en Ucrania y las sanciones a Rusia continuaron presionando los precios de las materias primas. Dentro de las economías más grandes del bloque, la inflación fue: Alemania 7.4%, Francia 4.8%, Italia 6.2%, España 8.4% y Holanda 9.6%.
Ante la elevada inflación, un gran número de bancos centrales ha incrementado sus tasas de interés de referencia, con el objetivo de reducir la oferta monetaria y desacelerar la demanda. Aunque este tipo de medidas tradicionalmente provocan volatilidad en los mercados financieros, es necesario instrumentarlas para que las economías mantengan un sano comportamiento, que promuevan que las monedas mantengan su poder adquisitivo. Considerando que, en general, los bancos centrales parten de una política monetaria ultra acomodaticia y que existe evidencia que muestra que la incidencia de la política monetaria sobre los niveles de precios demora entre 20 y 23 meses, es posible que veamos que aún falte un largo trecho por recorrer para restringirla.
Janneth Quiroz Zamora es Economista y Financiera por profesión y pasatiempo. Cuenta con más de 15 años de experiencia analizando la coyuntura mundial y local de los mercados. Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de la autora.