Una amplia investigación llevada a cabo en la Ciudad de México encontró que mortalidad prematura (definida como la que ocurre antes de los 75 años) tiene una ocurrencia para las personas sin educación formal que duplica a la de las personas con estudios universitarios.
Después de tener en cuenta los efectos de la edad y el sexo; esto equivale a aproximadamente seis años menos de esperanza de vida.
En la investigación, publicada hoy en la revista The Lancet Public Health, intervinieron investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de Oxford Population Health (Reino Unido), quienes entrevistaron y recolectaron sangre de 150 mil hombres y mujeres residentes de la Ciudad de México, a quienes se les ha dado seguimiento durante 18 años para determinar su mortalidad
Según los resultados del Estudio Prospectivo de la Ciudad de México la educación universitaria es sólo uno de los factores que se asociaron con la mortalidad prematura; otros que probablemente tengan una influencia más directa, son el tabaquismo, la proporción de grasa abdominal y la diabetes tipo 2.
Las personas con esta última condición tuvieron una tasa de mortalidad general entre los 35 y los 74 años cuatro veces más alta en comparación con las personas sin diabetes. El análisis reveló además que en promedio, el nivel de azúcar en sangre estaba mal controlado incluso en quienes tenían diabetes previamente diagnosticada.
“En comparación, en los países de altos ingresos se ha descubierto que las personas con diabetes tienen sólo aproximadamente el doble de tasa de mortalidad que otras personas”, se señala en el reporte.
El menor nivel educativo se asoció con un mayor riesgo de muerte por la mayoría de las distintas causas estudiadas, en particular con enfermedades renales y crisis diabéticas agudas, las cuales representaron una de cada cinco muertes prematuras. MAAZ
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