Ecuador, reflejo de una crisis global
El crimen organizado transnacional en Ecuador representa un desafío para las capacidades del Estado, pero es también el reflejo de lo que ocurre en otros países de la región
Los altos índices de criminalidad, la conflictividad social y una aparente ingobernabilidad ante la amenaza del crimen organizado transnacional ubican a Ecuador al borde de un estado fallido, pero también es el reflejo de una crisis a nivel global que representa un desafío para otros países de la región.
Un análisis geopolítico sobre los efectos del crimen organizado transnacional en Ecuador, publicado en LISA News, medio especializado en temas de seguridad, inteligencia, ciberseguridad, geopolítica y derechos humanos, entre otros, destaca el cómo las amenazas a la seguridad global y nacional implican un cambio importante en la dinámica de poder entre las organizaciones criminales y los Estados.
En el “Análisis geopolítico del crimen organizado transnacional: el caso de Ecuador”, escrito por Gabriel Ramírez, abogado y sociólogo de la Universidad Central de ese país, se advierte que, a diferencia de otros años, en la actualidad el Estado ya no tiene el control ante la presencia de las organizaciones, cuyas capacidades para desestabilizar y amenazar la seguridad jurídica y nacional ha traspasado fronteras.
Tomando como punto de referencia los datos del Índice Global de Crimen Organizado y el contexto de la pandemia por el Covid-19 a partir de 2020, el internacionalista y máster en Seguridad y Desarrollo, subraya el papel predominante que el crimen organizado transnacional ha tomado en Ecuador, como un desafío al control del Estado en asuntos políticos, económicos, territoriales y sociales.
“Los problemas que presentan actualmente los países, sin duda, no solo reflejan una localización o son de orden regional. Es aquí donde el abordaje de la geopolítica desde una visión tradicional demanda de un nuevo replanteamiento del control no solo desde los Estados y que no es estrictamente localizado en determinadas regiones del mundo y países”, plantea el autor.
En ese sentido señala que la evidencia de esa falta de capacidad por parte del Estado ecuatoriano implica una mayor presión e influencia de estas organizaciones en zonas estratégicas como lo son las fronteras con Colombia y Perú.
Y un claro ejemplo claro de la influencia de estas organizaciones en ámbitos que además de infundir terror, buscan “involucrar a altos funcionarios estatales en actos de corrupción y narco política”, es el asesinato del candidato presidencial, Fernando Villavicencio, de quien aún no hay claridad de quiénes lo hicieron, pero es innegable la vinculación de cárteles del narcotráfico.
En la escena nacional, señala Gabriel Ramírez, Ecuador enfrenta la presencia de al menos una decena de pequeños cárteles organizaciones que se disputan el control del crimen, pero que a la vez convergen con otras organizaciones transnacionales entre las que figuran la Mafia Balcánica, proveniente de Europa.
Así como los cárteles mexicanos como el Sinaloa, y el Cártel de Jalisco Nueva Generación que mantiene una fuerte presencia, pero además superan en recursos y eficiencia a las instituciones del Estado, influyendo directamente en la política, economía y seguridad del país.
De esta manera, el consultor y académico concluye que Ecuador resulta un caso paradigmático de cómo estas organizaciones han emergido como actores políticos significativos, desafiando la hegemonía y control estatal, trastocando la seguridad a un nivel global, que obliga a una reevaluación de las estrategias geopolíticas y una mayor cooperación internacional para hacer frente a la expansión de la economía ilegal del crimen.