Desde que iniciaron las tensiones por el territorio de Ucrania entre Rusia, Estados Unidos y la OTAN, los precios de las materias primas —es decir, todo aquel insumo para poder producir—, se ha encarecido más de lo que ya se observaba en 2021 por las disrupciones en las cadenas de suministro que dañó la Covid.
La economía de México no será ajena al impacto, como lo ha asegurado el presidente Andrés Manuel López Obrador. Recientemente se han observado precios máximos para el país en gasolinas y en el gas doméstico derivados de los aumentos internacionales durante 2021, lo que ha impactado en todos los sectores económicos y consigo ha traído las mayores tasas de inflación en los últimos 20 años.
De extenderse el conflicto bélico, generará más inflación y deterioro en los ingresos de las familias mexicanas, por lo que sí hay una afectación, contrario a lo que asegura el mandatario mexicano.
También se puede comprobar un debilitamiento en el tipo de cambio, que de prolongarse traerá como consecuencia bienes y servicios del exterior que costarían más, lo que a su vez reduciría el poder de compra teniendo como consecuencia una disminución del gasto.
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El comercio de México con Rusia y Ucrania, en término de dólares, es poco en comparación con lo que se negocia con Estados Unidos y Canadá, sí es significativo lo que se importa, fertilizantes y productos para la agricultura principalmente, siendo esos dos países europeos los mayores productores en el mundo, lo que ya afecta al campo mexicano por los altos costos que se han disparado en el último año. Rusia y México tienen un comercio de 1.3 mil millones de dólares anuales, mientras que con Ucrania es de 154 millones de dólares.
La urea granular, importada de Rusia y Ucrania, esencial para el cultivo, en cuatro días desde que inició el ataque ya aumentó 27.7% en las negociaciones internacionales. Y como dato adicional, en 2021 este producto registró un incremento de 212%, de lo cual se han quejado los agricultores mexicanos que se enfrentan a ese costo y a los problemas para su importación, lo que ha sido trasladado al consumidor final, lo que podemos comprobar en los precios de la tortilla, y de frutas y legumbres.
La economía mexicana está dentro de la globalización, es decir, que un aspecto que pudiese estar del otro lado del mundo y que no está ligado directamente con México, sí tendría repercusiones. El caso más reciente, como se pudo observar, fue la inflación importada que ha golpeado los bolsillos de los mexicanos.
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