WASHINGTON, EU. Diez ciudadanos chinos fueron acusados en Estados Unidos por presunto espionaje económico contra compañías aeronáuticas francesas y estadounidenses, dijo el martes el Departamento de Justicia, este señalamiento se da en medio de tensiones comerciales con Pekín. De los diez vinculados se presume que dos son presuntos oficiales de inteligencia chinos, otros seis son sospechosos de ser hackers y dos más son agentes encubiertos. Todos ellos buscaron durante al menos cinco años robar “datos, propiedad intelectual e información comercial confidencial, en particular, un motor utilizado por las compañías aéreas”, según la acusación. Esta es la tercera vez en tres meses que Washington acusa a presuntos espías económicos chinos. Anteriormente , uno fue extraditado de Bélgica en octubre, acusado de buscar información sobre varias compañías aeronáuticas, incluida General Electric Aviation. Otro fue acusado en septiembre de recopilar información sobre científicos e ingenieros que trabajan en el sector militar. Los dos oficiales son miembros del Ministerio de Seguridad del Estado (MSS) de la provincia de Jiangsu, cerca de Shanghai. Entre enero de 2010 y mayo de 2015, supuestamente lideraron a un equipo de hackers para apoderarse de la tecnología de un motor desarrollado por una empresa francesa con sede en Suzhou, al norte de Shanghai, y una compañía estadounidense. Según la acusación, fueron ayudados por dos cómplices en Suzhou, donde está instalado el grupo de aviación francés Safran. Uno de ellos era el jefe de seguridad informática de la compañía francesa. Otra compañía víctima de hackers es Capstone Turbine, un grupo de Los Ángeles que fabrica turbinas de gas. Los hackers también atacaron a compañías involucradas en el desarrollo de motores, con sede en Arizona, Massachusetts y Oregon. El documento judicial indica que, en ese momento, la compañía de aviación pública china estaba desarrollando un motor equivalente.
Esta acusación es un nuevo ejemplo de los esfuerzos criminales del SSM para facilitar el robo de datos privados en beneficio comercial de China”, dijo el fiscal Adam Braverman, citado en el comunicado.
El presidente estadounidense, Donald Trump, había hecho un acercamiento con Pekín al comienzo de su mandato en 2017, antes de embarcarse este verano boreal en una guerra comercial contra China. La investigación fue llevada a cabo por la Policía Federal de los Estados Unidos (FBI), en cooperación con los servicios de contrainteligencia franceses (DGSI) y la sección de lucha contra el delito informático de la fiscalía de París.