HARARE, ZIMBABUE. Zimbabue vive este sábado una segunda jornada de duelo nacional por la muerte de Robert Mugabe, cuyo cuerpo debe ser repatriado de Singapur donde falleció a los 95 años el héroe de la independencia que se convirtió en dictador.
El Zanu-PF, partido fundado por Mugabe, concedió al exmandatario el estatuto de “héroe nacional” tras haberlo echado del poder a finales de 2017, después de 37 años dirigiendo su país con mano de hierro.
Las banderas ondeaban el sábado a media asta en las calles de la capital Harare, pero casi todas las tiendas estaban abiertas. La mayoría de los habitantes se mostraban indiferentes ante el fallecimiento de Mugabe.
"¿Por qué debemos estar en duelo cuando sufrimos de esta manera?”, se preguntaba Ozias Puti, de 55 años. “Destruyó el país”, afirmó este vendedor de jengibre en la calle, refiriéndose a la profunda crisis económica y financiera que atraviesa Zimbabue desde hace 20 años.
“El final de una era. Mugabe ha muerto, dejando un país pobre y dividido”, titulaba el sábado el diario privado Daili News, mientras que el rotativo estatal Herald le dedicaba una edición especial al “Camarada Bob”.
Grupos reducidos de personas se reunieron el sábado por la mañana en la capital de Zimbabue para conmemorar a su héroe. “Estamos tristes ya que fue nuestro primer presidente”, aseguró a la AFP Ogriver Jeure, vestido con una camiseta del exmandatario fallecido.
“Permitió a la mayoría de los zimbabuenses acceder a la educación y recibir ayudas sociales”, explicó Comrade Bhobhi. “Evidentemente fracasó en algunos aspectos, pero en la educación tuvo un gran éxito”, añadió.
Por el momento, no transcendió ninguna información sobre la fecha de repatriación del cuerpo y del funeral.
“Esperanzas traicionadas”
Mugabe falleció el viernes “acompañado por su familia” en un hospital de Singapur, en el que lo habían ingresado durante esta semana, indicó una persona de su entorno familiar.
El cuerpo será “repatriado probablemente durante la próxima semana”, dijo el viernes Adam Molai, sobrino político del dictador.
Parientes y amigos se reunieron en Zvimba, cerca de Harare, donde el expresidente tenía una propiedad, indicó su sobrino Léo Mugabe.
El presidente de Zimbabue, Emmerson Mnangagwa, que lo sucedió a finales de 2017 tras un golpe de Estado del ejército, homenajeó a Mugabe describiéndolo como un “icono”.
Mnangagwa decretó un periodo de duelo nacional hasta que se celebre el funeral, en honor a uno de los últimos “padres de la independencia” de África.
Otros gobiernos africanos, así como China, también homenajearon de forma unánime al “liberador” de Zimbabue, mientras que Reino Unido y Estados Unidos se mostraron muy críticos con su régimen “autocrático”.
“Mugabe ayudó a liberar a Zimbabue, pero sus abusos de los derechos humanos y un serio mal manejo de la economía empobreció a millones de personas y traicionó las esperanzas de su pueblo”, dijo en un comunicado Morgan Ortagus, vocera del Departamento de Estado estadounidense.
Mugabe tomó las riendas de la antigua Rodesia tras su independencia en 1980. Durante casi cuatro décadas al frente de Zimbabue, uno de los mandatos más largos en el continente africano, pasó de ser héroe de la independencia y amigo de Occidente a tirano que provocó el hundimiento económico de su país.