Dos detenidos únicos avances; obispos alzan la voz
A 96 horas del asesinato de dos jesuitas y un guía de turistas, hubo ya dos detenidos. Las autoridades se toparon con ellos mientras hacían el despliegue de búsqueda de José Noriel Portillo, “El Chueco”, a quien señalan como responsable
Esta tarde comenzó a velarse el cuerpo de Pedro Palma, guía de turistas en Urique. Las fotos muestran cómo la sala está llena de coronas y flores. El sábado se transmitirá en vivo la misa de cuerpo presente de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora. Ambos, pretenden ser una celebración de vida, pero también una protesta por la estrategia de seguridad fallida.
A 96 horas de esos tres asesinatos, hubo ya dos detenidos que portaban armas y drogas. Las autoridades federales y estatales se toparon con ellos mientras hacían el despliegue de búsqueda de José Noriel Portillo, El Chueco y su grupo, a quienes señalan como responsables. Uno de ellos, César Iván “N” aparentemente es primo del líder del grupo criminal “Gente Nueva”, aliado del Cártel del Pacífico. El segundo, sólo se dijo que era Humberto “N”.
Para su interrogatorio, desde Urique se los llevaron a las instalaciones de la Fiscalía Estatal de Chihuahua, y blindaron las instalaciones. En las próximas horas deberán definir su situación jurídica.
El Ejército junto con la Guardia Nacional y las autoridades estatales ampliaron la búsqueda de “El Chueco”, en toda la zona; también la búsqueda de dos personas que fueron secuestradas por este grupo poco antes de los crímenes de los sacerdotes y del guía de turistas. De quienes incluso fue incendiada su casa.
Se solicitó apoyo a la patrulla fronteriza estadounidense y al Instituto Nacional de Migración se envió una alerta migratoria para impedir que Portillo Gil abandone el país.
El reclamo de violencia
Muy temprano, al mismo tiempo que se llevaba a cabo la mañanera, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), a través de un video en el que aparece monseñor Ramón Castro Castro lanzó un duro discurso, como hace tiempo no lo hacía, el funcionario eclesial.
“Los índices de violencia y sus estructuras de muerte se han desbordado e instalado en nuestras comunidades, desfigurando a la persona humana y destruyéndola cultura de paz”.
Castro Castro conoce de la violencia, él fue ordenado sacerdote por el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, el mismo que fue asesinado en 1993 el aeropuerto de Guadalajara, ocurrido porque fue confundido por el capo Joaquín Guzmán Loera “El Chapo”, al menos eso dice la versión oficial.
En representación del CEM, una de las máximas autoridades eclesiales en el país, monseñor afirma en el video que ahora como nunca “el dolor de la cruz se vuelve más intenso por tanta sangre inocente derramada a lo largo y ancho del país”.
El reclamo de la iglesia fue directo a las autoridades de quienes esperan una respuesta “a la altura de las circunstancias”
“Al lado de nuestro pueblo, esperamos una respuesta a la altura de las circunstancias por parte de las autoridades civiles en todos los niveles” dijo categóricamente el jerarca.
Argumentó que es responsabilidad de los que gobiernan procurar la justicia y favorecer la paz y la concordia en la convivencia social, pues esta realidad de violencia afecta a todos los mexicanos; porque “nuestro México está salpicando sangre de tantos muertos y desaparecidos”, sobre todo, de 27 sacerdotes asesinados, entre los que se encuentran los sacerdotes Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar asesinados en el municipio de Urique, Chihuahua.
No matarás
Monseñor Ramón Castro Castro ha endurecido el reclamo de seguridad y justicia como no lo había hecho antes, pese a la violencia desbordada de los sexenios anteriores. Identificó a la iglesia y a sus miembros con el estado de inseguridad que viven los ciudadanos mexicanos.
Aseguró que los miembros de la iglesia han tenido el mismo final que todos los mexicanos, pues no es ajena a la violencia que se vive en todo el país, “con las decenas de miles de desaparecidos”.
Recordó que también han sido objeto de extorsiones y la impunidad que impide frenar los delitos que se comenten en su contra, por lo que aseguró que “esta situación es ya insoportable”.
El llamado, también fue dirigido a quienes delinquen, a los causantes de las muertes en el país, pues ejercen violencia “contra sus propios hermanos”; y les recordaron que somos parte del mismo pueblo.
“Les conminamos a que dejen de matar a sus propios hermanos y de violentar la paz social. Recuperen el temor a Dios”, afirmó.
Apeló al argumento fundamental de los textos sagrados del cristianismo: “No mataras”. Asimismo, los encomió a sensibilizarse ante los lamentos de sus hermanos, “les suplicamos, les rogamos, les exigimos en nombre de Dios ¡Basta de tanta maldad y odio!”.