El gobernador de Florida, Ron DeSantis, urgió este viernes a los residentes a prepararse para un “evento de varios días”.
Los modelos de la trayectoria de Dorian prevén que toque tierra el martes en la costa sureste de Florida, a la altura del condado de Palm Beach, donde el presidente Donald Trump tiene su residencia de verano, el club de golf “Mar-a-Lago”.
Pero el llamado “cono de incertidumbre” aún es amplio y el huracán podría golpear cualquier otra localidad de Florida. Al parecer la tormenta virará hacia el norte cuando esté tierra adentro, o atravesará el estado hasta el Golfo de México.
DeSantis extendió el estado de emergencia a todos los condados de Florida, no sólo los de la costa como había anunciado en un primer momento.
“Esto es un evento muy serio”, dijo en conferencia de prensa. “Urgimos a todos los floridanos a que tengan siete días de comida, medicinas y agua. Este puede ser un evento de varios días que golpeará lentamente todo el estado”.
El gobernador pidió también a los residentes que obedecieran a las órdenes de evacuación, pero también señaló que las autoridades serían cautelosas antes de emitir estas directivas porque la tormenta es muy cambiante.
“A veces, si uno desaloja muy temprano, puede acabar desalojando al lugar donde irá la tormenta si ésta cambia”, comentó.
Estos episodios ocurrieron hace dos años con el huracán Irma, que golpeó el sur de Florida como categoría 4, cuando un cambio de ruta de último momento forzó a los desalojados a volver a desplazarse.
DeSantis también pidió al presidente Trump que declarase una situación “desastre” en Florida antes de la llegada de Dorian para habilitar más recursos.
El presidente canceló un viaje que tenía previsto a Polonia ante la llegada del huracán.
Según un oficial que coordina las labores de emergencia, 12.000 soldados se encuentran actualmente en Florida, a la espera de Dorian.
Georgia -un estado vecino a Florida que podría estar en la ruta del huracán- también fue declarada en emergencia por su gobernador, Brian Kemp.
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